Una vida zero waste y tendencias ambientalistas
Capítulo I: ¿De qué va este movimiento?
Paulina Martínez
Publicado el 31 de Octubre de 2022
No es novedad que actualmente nuestro contexto demande tener una vida mucho más responsable y consciente de nuestro entorno. Entre que la naturaleza tiene sus ciclos y nosotros los alteramos violentamente, el panorama no es muy alentador como para seguir ignorando el hecho.
En este sentido, y muy naturalmente, las tendencias se han vertido hacia una mirada más ecológica. Tener una vida verde es una de las verdaderas soluciones que el futuro necesita. Existen diversas alternativas y diferentes maneras de combatir la inminente crisis climática y eso va desde acciones sencillas hasta soluciones un poco más radicales.
Por ejemplo, seguramente has escuchado hablar sobre la tendencia Zero Waste, aquella que nos ayuda a que nuestro estilo de vida sea mucho más sostenible y compatible con las necesidades del planeta.
Si tan sólo reparamos en que el volumen de basura que generamos diario es en extremo un exceso, es decir, tan sólo al año, de acuerdo con datos de las Naciones Unidas, generamos cerca de 11.200 millones de toneladas de residuos en el mundo. Se trata de un volumen realmente elevado, por lo que la gestión de esto se vuelve cada vez más y más compleja, genera un impacto negativo en la naturaleza.
Entre los puntos negativos, destacan la contaminación del agua y el suelo, hasta la emisión de gases contaminantes derivados de la desintegración de la basura, lo que supone un 5% en las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (una de las causas principales del calentamiento global).
Entre muchas otras cosas, uno de los principales problemas ante esta crisis es la cultura del desperdicio. Por eso la alternativa Zero Waste busca combatirlo y generar más conciencia con lo que usamos y el cómo lo usamos.
Zero Waste o Residuo Cero se trata de un movimiento internacional que engloba acciones que nos encamina a la reducción y reutilización de objetos y productos en nuestra cotidianidad, con tal de reducir el impacto negativo que esto ocasiona en la naturaleza.
La regla de este movimiento la aprendimos desde la primaria, cuando aquellas advertencias ambientalistas parecían titulares sensacionalistas, o algo muy distópico que tardaría años en pasar. Sin embargo, el tiempo y la realidad nos traen noticias. Se trata de las cinco erres:
Rechazar todo aquello que no necesitamos: es uno de los pasos más importantes para adoptar esta forma de vida. Es importante hacernos cuestiones como: ¿realmente lo necesito?, ¿puede sustituirlo por algo que ya tenga? Esto nos ayudará a determinar qué objetos o productos no son esenciales.
Reducir lo que necesitamos: hay muchas cosas que utilizamos en nuestro día a día de las que podemos prescindir. Solo con reflexionar y adoptar un consumo más responsable bajo esta premisa ya estaremos aportando nuestro granito de arena en la protección de la naturaleza.
Reutilizar y dar una segunda vida a los productos y materiales.
Reciclar: esta opción es solo una alternativa para cuando no podemos ni reducir ni reutilizar.
Rot (o compostaje): Es el proceso de descomposición natural de los residuos orgánicos. Esto puede servir como nutriente para, por ejemplo, cultivos. Se trata de un abono limpio y respetuoso con el medio ambiente.
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