Tendencias: La meditación como el fin de la ansiedad
Una nueva forma de mirar más allá de lo convencional
Paulina Martínez
Publicado el 14 de Diciembre de 2022
Respirar hondo y sumergirnos en la serenidad de nuestra mente, pero antes de eso, habrá que esquivar o derribar las ramas y los animales salvajes de nuestros pensamientos. Parece sencillo, sentarse en completa quietud y enfocarnos en nuestra respiración, para entonces recibir los beneficios de la meditación.
Sin embargo, cuando llevamos esta imagen a la vida real, toda teoría queda grandilocuente ante nuestras expectativas. Pues nadie dijo que sería sencillo sumergirnos en nuestra propia mente para encontrar paz, de hecho, incluso para muchos es hasta contraproducente buscar paz en donde más caos tenemos.
Antes que nada, retrocedamos unos pasos atrás. ¿De dónde viene toda esta moda y tendencias meditativas? ¿Desde cuándo se volvió prioridad la búsqueda de la paz interior en occidente?
Incluso cuestionarnos estas cosas ya parece obsoleto, antiquísimo y sin relevancia. Sin embargo, es verdad que se trata de un fenómeno digno de estudiarse con atención. Aunque nosotros no nos pondremos a indagar antropológica y filosóficamente sobre ello, sí tomaremos esta línea narrativa que se ha ido edificando y consolidando cada vez con más fuerza en nuestra cotidianidad. Tanto así, que incluso la ciencia ha apostado por un terreno fértil en el campo de la salud mental.
Foto: bady abbas en Unsplash
¿De qué manera la meditación puede ayudarnos a erradicar la enfermedad por excelencia del siglo XXI?
De algo hay que estar seguros, y es que en esta vida, todo aquél que la viva, habrá que morir algún día. Eso es un hecho irrevocable, pero uno que, a pesar de su naturaleza, pueda conllevar a una espiral de ansiedades y angustias en los días cotidianos. Ahora, pensando en que este miedo primitivo surge de la incertidumbre del mañana, quizá los tiempos que se viven actualmente sean dignos estándares para comenzar a sentir la urticaria de no saber cuándo se acabará, por fin, toda esta pesadilla. Por eso, quizá estos días te has preguntado, ¿cómo manejar esta ansiedad y sobrevivir al contexto?
Más allá de los escenarios fatalistas que podamos imaginar ante un momento de pánico, lo cierto es que también la vida está llena de imprevistos y cambios, y es fundamental estar preparados, al menos de alguna forma anímica para no dejar que estos nos consuman.
Quizá has estado familiarizado con la ansiedad y lo que conlleva pensar demasiado en el futuro, sobrepensar las cosas. O quizá no, posiblemente es tu primer contacto con esta angustia sofocante que puede estar acosando en los momentos más inoportunos del día. Sea cual sea el escenario, lo cierto es que uno nunca puede hermanar con la ansiedad, y aquí es en donde entra toda esta narrativa oriental que nos ayuda a beneficiarnos de su forma de ver la vida.
Al respecto, la consejera de salud y mente en el Departamento de Medicina Integral y Salud de Mayo Clinic, Kistin Lothman, comenta que “existen muchas estrategias para controlar la ansiedad. Yo recomiendo establecer una práctica de autocuidado y los elementos que incluiría serían: llevar un diario, hacer ejercicio y meditar”.
Acudiendo a la filosofía oriental, uno de los remedios que más cuesta, pero que más necesitamos para combatir la ansiedad, es vivir el ahora. Sumergirnos en el instante y en la inmediatez de lo que los días, cada uno por sí mismo, demandan. Así evitamos pensar y agobiarnos en el futuro, sobre todo en cosas que no están en nuestro control.
“Atención plena significa prestar atención a propósito al momento actual y creo que la atención plena es un método poderoso que se puede utilizar justo ahora”, recalca la consejera de salud y mente Lothman.
Foto: Sage Friedman en Unsplash
¿De qué manera nos beneficia la meditación realmente?
Más allá de hablar de romanticismos o imágenes sofisticadas de la paz interior, ¿qué es lo que se ha descubierto al respecto?
En términos generales, la meditación nos otorga una sensación de calma, paz y equilibrio que nos ayuda a nuestro bienestar emocional como a nuestra salud general. Igualmente, meditar nos ayuda a relajarnos y lidiar con el estrés al enfocar nuestra atención en algo relajante.
Es decir, todas las diversas técnicas de meditación tienen en común la capacidad de inducirnos a la relajación. Para esto, es importante seguir los pasos clave: relajarnos, centrarnos, aceptar y observar.
En un estudio de 74 militares afectados por TEPT u otro trastorno de ansiedad, la mitad del grupo participó en una sesión de meditación trascendental de 20 minutos y la otra mitad, un grupo de control, no lo hizo.
Los participantes pasaron lentamente de un estado activo y analítico a un estado más relajado, y luego lentamente volvieron al pensamiento activo.
Los expertos observaron que, al cabo de un mes, el 84% los pacientes del grupo de meditación trascendental habían estabilizado, reducido o interrumpido el tratamiento farmacológico, en comparación con el 59% de pacientes del grupo de control.
Mientras que solo un 11% de pacientes del grupo de meditación trascendental aumentó la posología, en comparación con casi un 41% de pacientes del grupo de control.
Este patrón se mantuvo pasados 2 y 6 meses. Además, al cabo de 6 meses, los expertos hallaron una diferencia del 21% entre grupos en cuanto a gravedad de los síntomas, cuando los pacientes del grupo de control tuvieron un aumento en gravedad en comparación con los del grupo de meditación trascendental.
Es decir, la ciencia ha demostrado cómo estas técnicas y formas de enfocar nuestra atención ayuda considerablemente a los trastornos de ansiedad. Igualmente, en otro estudio con personas que sufrían estrés y ansiedad debido al desempleo se les aplicó un experimento similar.
A una mitad se le enseñó una técnica de meditación formal y a la otra mitad se le instruyó en hacer estiramientos y hablar para distraerse. Aunque los participantes de ambos grupos declararon que sentían menos ansiedad y estrés, las gammagrafías cerebrales de seguimiento mostraron que solamente los participantes del grupo de meditación tenían más actividad, o comunicación, entre las partes del cerebro que procesan las reacciones asociadas al estrés y otras áreas relacionadas con la atención y la calma.
La clave primordial, para estos eventos ansiosos, está en nuestra respiración, y los ejercicios de respiración también nos ayudan a mantener nuestro estado psicosomático en condiciones óptimas para enfrentarnos a los escenarios que sean. Así, de manera natural y orgánica, podremos estar preparados para la incertidumbre que el mundo lleva consigo siempre.
Foto de Colton Sturgeon en Unsplash
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