Cuando Mariana Villarreal fundó Sangre de mi sangre en 2005, tenía muy claro que era su pasión y que se iba a dedicar a ello toda su vida, al tiempo que se encontraba aún cursando la carrera de Filosofía y Letras, un hecho que más allá de ser un obstáculo se convirtió en un complemento de su proceso creativo. Si tuviéramos que definir en pocas palabras la visión detrás de su proyecto, diríamos que es hecho a mano, artesanal y muy poético. Sobre el nombre, éste tiene que ver precisamente con una metáfora sobre la identidad y pertenencia, de acuerdo a ella, todas las piezas siempre buscan a su dueño y una vez que la encuentran, aquella persona que la posee puede decir que dicha joya “es sangre de mi sangre”.

Una de las cualidades que caracterizan a la marca es que únicamente trabajan con metales recuperados y piedras naturales que obtienen de diversas partes del mundo. Durante esta pandemia el proyecto naturalmente también se vio afectado, pues la joyería como muchas otras industrias dependen de una cadena de proveedores, materiales, etc., que tuvieron que parar, por lo que fue necesario trabajar con los recursos que había disponibles, en este caso los materiales con los que contaban en el taller. Esto dio origen a diseños únicos que surgieron a partir de la experimentación con las piedras que se contaban, de manera que el resultado fue prácticamente piezas únicas o de ediciones ultra limitadas. Sin embargo también se convirtieron en piezas que tuvieron gran impacto, un ejemplo de ello es el anillo Mina en el que se usaron piedras que en principio no parecerían tener mucha relación entre sí, pero que al jugar con ellas y experimentar funcionaron muy bien. Este tipo de iniciativas ayudaron a que la producción y venta continuaran.

El mantener activa la empresa era muy importante, no únicamente en términos de mantener la presencia de la marca, sino fundamentalmente para continuar con el trabajo de todas las personas que forman parte del proyecto. 

A nivel personal, durante esta pandemia Mariana se apoyó también en distintas lecturas como la novela Salvar el fuego del escritor y guionista mexicano Guillermo Arriaga, quizá más conocido por haber escrito los guiones de Amores Perros, 21 Gramos y Babel, entre otras películas. También recomienda el libro de ensayo sobre emprendedurismo Masters of Scale de Reid Hoffman, quien es el cofundador de LinkedIn, así como El camino del artista: un sendero espiritual hacia la creatividad de la profesora, poeta y artista Julia Cameron.

A lo largo de esta situación, Mariana como muchos de nosotros también tuvo tiempo para realizar mucha reflexión sobre sus propios procesos y valores creativos, de modo que esto fue sentando la inspiración para su nueva colección, muy próxima a lanzarse, y que tomó como base el concepto de renacimiento. Una especie de regreso a la naturaleza y a una revaloración de los elementos básicos. En este sentido en la colección encontraremos formas y conceptos como el origen del cosmos, las estrellas, nubes, bosques, desiertos por una parte y por otra la parte que representa la naturaleza y quehacer humano como las manos.

La nueva colección de Sangre de mi sangre es también de una manera una alusión al mito del eterno retorno que nos hace repensar en el principio de las cosas, de cómo todo es uno, de restablecer las formas originarias que nos dieron origen. El nombre de la colección es Alba y muy pronto podremos conocer más detalles sobre ella.

Información y fotografía de Oficina Pública

Redacción