Meditación como desayuno
Los beneficios de meditar en ayunas por la mañana
Paulina Martínez
Publicado el 18 de Agosto de 2021
Cuando pensamos en la meditación, casi siempre nos intimida la idea de pensarla como algo que únicamente los profesionales pueden lograr. Como si se tratara de un deporte extremo en el que concentrarse en la respiración parece un verdadero reto. Lo cierto, es que a veces sí puede serlo. Sin embargo, ¿qué es la respiración si no otra cosa más que un sistema integrado a nuestro cuerpo de nuestra propia naturaleza? Es decir, intrínsecamente nacimos para meditar y es momento de sacarle provecho a esa habilidad.
A pesar de que la publicidad, las tendencias y los hashtags se han jactado en conceptos como la meditación, yoga, paz interior, good vibes, etc., es verdad que muchas veces se ha malinterpretado. Es decir, más allá de cualquier filosofía o doctrina, la meditación es algo intrínseco en nuestro ser.
Desde su raíz etimológica, la palabra meditar significa pensar atenta y detenidamente sobre algo. Visto desde el modo más reduccionista y simple, intuimos que esto lo hacemos cada vez que requerimos enfocarnos específicamente a una tarea. Esto nos hace preguntarnos, ¿meditamos todo el tiempo?
Aunque nos gustaría poder decir que sí, no hay que emocionarnos tanto. Podemos concentrarnos, pero seamos honestos, nuestra atención se dispersa muy rápido, por lo que esta práctica se vuelve cada vez más compleja. Desde un punto de vista más místico y espiritual, el acto de meditar surge en el oriente, específicamente en India, Asia y de ahí se recorre a distintas partes del continente.
Constantemente, si no es que siempre, la palabra meditación la asociamos con un concepto místico religioso, lo cierto es que no todo es así. En esencia, la meditación es una práctica natural que beneficia a tu cuerpo, estado mental y emocional, por lo que su popularización en realidad no es ninguna desventaja, ¿quién no necesita relajarse un poco?
Por eso hoy te contaremos sobre las ventajas que tiene meditar en ayuno, para iniciar el día de una mejor manera. Antes que nada, ¿por qué ayunar? Ayunar, aunque sea de manera breve, puede beneficiarnos de muchas maneras. Claramente, todo con responsabilidad y sin malpasar a nuestro cuerpo.
Para esto, recordemos un poco de literatura universal. La novela corta de Herman Hesse, Siddharta, se inspiró en la vida de Buda y representó un gran éxito en los tiempos de la contracultura en los años 60 y 70. El joven Siddharta se deshace de todos su bienes materiales para emprender el camino espiritual, en el camino se encuentra con el ayuno y la meditación profunda.
Sin la ambición de convertirnos en un monje budista, ni en un ser de luz iluminado, practiquemos la meditación como una forma de vida y una manera de despejar la mente del ruido constante y estruendoso que habita en la ciudad y en nuestras cabezas.
En este artículo nos referimos a la meditación en ayuno como una manera de lograr concentración durante las mañanas. Sin embargo, no hablamos sobre ayunar durante un día entero o más. Una vez aclarado este punto, te decimos el por qué es beneficioso para el cuerpo y el alma hacerlo de esa manera.
Meditar en ayunas es una excelente idea, ya que el proceso digestivo es una de las funciones de nuestro organismo que más energía requiere. Asimismo, después de comer es más difícil concentrarnos, pues pasa ese famoso y temible “mal del puerco” que nos invade.
Asimismo, la meditación es preferible realizarla en ayunas, o al menos dos o tres horas después de haber realizado la última comida. Con esta base, se recomienda meditar una vez que nos despertamos. Los expertos en el tema recomiendan que una vez despiertos, nos demos una ducha, bebamos una bebida templada (puede ser un té o solamente agua) y entonces sí, meditar tranquilamente para tener mucha mayor claridad en el día.
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