Desde las primeras escenas sobreactuadas, hasta la boda televisada con Kris Humphries, la vida de Kim Kardashian ha sido una búsqueda constante de saber lo que es real o no. Aunque a muchos les importe un pepino lo que esta mujer haga de su vida, es posible que hayan escuchado del divorcio con Kanye West (ahora simplemente Ye). Al final, fueron desde 2014 la pareja más poderosa del espectáculo.

Cuenta la leyenda que fue Ye quien vistió a Kim por años y que gracias a él es que las Kardashian se convirtieron en lo que son ahora. Ahora se han separado, y además de las curiosas formas de West para tratar de conquistar de nuevo a Kardashian, parece que su closet ha estado más unido que nunca.

Tanto Kanye y Kim se les ha visto portando Balenciaga de pies a cabeza, incluso Julia Fox, el “ex nuevo” interés amoroso del rapero, viste la marca de lujo capitaneada por Demna Gvasalia.

 

 

 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una publicación compartida por Kim Kardashian West (@kimkardashian)

Y según sus más fieles analistas, esto no es una casualidad ni una estrategia casual, “Kim y Kanye eran muy poderosos juntos y sabían que cuando se separaran necesitarían seguir conectados durante un tiempo para mantener su relevancia pública. Balenciaga sigue siendo el hilo conductor que los une”, comenta la escritora y psicoterapeuta Mj Corey.

Todo empezó cuando, estando ya separados, recrearon una boda ficticia como colofón del nuevo álbum del rapero, Donda, en Chicago. Con paso ceremonioso y el rostro cubierto por un velo, Kim llegó hasta su exmarido enfundada en un vestido de novia de la primera colección alta costura del diseñador para Balenciaga. 

Un mes después, Kim volvió a taparse la cara con otro diseño de la firma en la gala Met, esta vez en una versión negra y ajustada con la que quiso demostrar que ella es inconfundible incluso cuando se oculta por completo (dejando en el aire que no hay nada más estadounidense que ella).

Además de ello, se atavió con varios conjuntos, todos de Balenciaga, cuando debutó como invitada al programa satírico Saturday Night Live y hace lo propio cada vez que tiene la oportunidad. Y lo mismo podría decirse de Kanye, que en los últimos días parece haber ejercido de estilista de la actriz y ahora exnovia Julia Fox, sacando ambos a relucir varias prendas de la firma ante los objetivos de los paparazzi que siguen de cerca sus vericuetos.

 

 

 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una publicación compartida por Kim Kardashian West (@kimkardashian)

Ahora bien, en el pasado las marcas y los diseñadores se jactaban de vestir a las estrellas de Hollywood en sus grandes momentos (premios, alfombras rojas de postín o bodas) y su mejor product placement era crear el armario de sus grandes películas, parece que el nuevo marketing para acompañarlas en eventos más cotidianos y menos felices. 

Y es que los divorcios son cada vez más comunes, y una historia de ruptura es una con la que fácilmente la gente se identifica. Para los expertos, el marketing tiene que ver con contar historias convincentes y las de divorcio pueden ser una forma sorprendentemente inteligente de hacerlo.

Balenciaga ha explotado diversas maneras de marketing últimamente, desde subir post en Instagram que a los pocos días elimina, así como tener a Justin Bieber y Isabelle Huppert en la misma campaña, hasta vestir a Los Simpson. Y es que lo aspiracional de las vidas perfectas, cada vez parece más anticuado.

Al final, Balenciaga no desea prestigio, sino búsquedas, las cuales se disparan cada que Kim y Kanye son captados o suben fotos vistiendo su ropa.

 

 

 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una publicación compartida por Kim Kardashian West (@kimkardashian)

Si se escriben en Google Trends las búsquedas ‘Kim Kardashian’ y ‘Kanye West’ acompañadas por ‘Balenciaga’, ambos personajes alcanzan el máximo de popularidad en dos fechas concretas, el 19 de noviembre y el 7 de enero. Estos días coinciden con la revelación de sus respectivos nuevos romances, Pete Davidson y Julia Fox.

Así, este nuevo momento en la vida de estas dos celebridades impulsa las ventas y clicks de la marca de streetwear.

Podríamos abrir un debate sobre lo difícil que es distinguir lo que es real y lo que es publicidad, pero en personajes como las Kardashian y Kanye, ¿realmente existe diferencia? 

Si algo ha llamado la atención del clan Kardashian es que se presentaron al mundo como “humanos normales”, mostrando su vida detrás de bambalinas, creciendo frente a nuestros ojos, peleando físicamente y haciendo otra sarta de cosas raras, pero humanas. Así que monetizar un divorcio de manera low key, realmente no es algo que sorprenda, al final los momentos más extraños y vulnerables en la vida de estas mujeres lo han sido.

Si las Kardashian y Kanye tienen tanto poder es porque, en medida de lo posible, nos venden lo que son ellos y nunca ha habido una diferencia entre lo real y lo publicitario.

Nora Morales