Conoce The Liberator, de Netflix
El servicio de stream apuesta por nuevas propuestas audiovisuales
Iván González
Publicado el 15 de Octubre de 2020
¿Por qué han tenido tanto éxito las versiones live action de Disney? La respuesta obvia es que representan una fórmula casi segura, dado el éxito de las versiones animadas. El público ya está familiarizado con los personajes, y no es necesario convencer a nadie de que será una buena historia. La otra respuesta es la nostalgia, dar la oportunidad de revivir un cuento que te emocionó y compartirlo con nuevas generaciones.
Estas versiones se promocionan en su mayoría como homenajes que harán uso de nuevas tecnologías y serán más impresionantes. Pero, ¿qué pasa cuando no se trata de Disney?
Uno de los problemas es que se han tratado de revivir estas historias con fórmulas que solo funcionan en su versión animada. Replicar las mismas escenas haciendo referencia a los personajes originales puede no funcionar igual en una versión live-action (otras veces de imágenes fotorrealistas de CGI, el caso del remake de El rey león). El nivel de expresividad que te permite una caricatura, especialmente con animales y objetos, es ilimitado; al hacer esta transición se pierde gran parte de su expresividad. Sabes que están ahí y quiénes son, pero se vuelven olvidables en comparación a las características que los hicieron famosos en primer lugar. En los dibujos las emociones de los protagonistas suelen ser claras y exageradas a simple vista, mientras con otras técnicas avanzadas el resultado puede ser confuso.
Ahora Netflix ha decidido arriesgar dando un puñetazo sobre la mesa con el que elevar a un nuevo nivel estos conceptos, y lo anterior sucede con The Liberator.
Como podemos en las primeras imágenes del tráiler, The Liberator se realizará con una nueva técnica de animación llamada Trioscope Enhanced Hybrid Animation o T.E.H.A., capaz de fusionar la actuación del actor con la animación digital en 3D, con un resultado final que recuerda en parte a la técnica del rotoscopio.
Este sistema nunca antes se había utilizado en una producción televisiva, por lo que permitirá un nivel de expresividad sin precedentes, enfatizando así el aspecto emocional de la película.
Cabe mencionar que esta tecnología patentada fue desarrollada por Greg Jonkajtys (The Ark) en colaboración con LC Crowley de School of Humans. Pero esto no es todo, ya que otro implicado en la realización del drama bélico es Jeb Stuart (guionista de Duro de Matar y The Fugitive), quién hará las veces de creador,
The Liberator se basa en la novela homónima de Alex Kershaw y es un nuevo ejemplo de cómo las plataformas de streaming están apostando fuertemente por los nuevos formatos y por una creatividad que sería difícil de expresar en otros medios.
La historia se basa en hechos reales y contará uno de los capítulos más sangrientos y dramáticos de la Segunda Guerra Mundial: la odisea en el campo de batalla de Felix Sparks (Bradley James) y su unidad de infantería.
De esta manera el drama bélico seguirá a Sparks y el regimiento 157 de infantería de Oklahoma, una unidad de la Guardia Nacional compuesta principalmente por cowboys, nativos americanos y mexicanos, desde la invasión de Italia a la liberación del campo de concentración de Dachau.
The Liberator se estrenará el 11 de noviembre en Netflix y constará de cuatro episodios.
A continuación, te mostramos algunas series adicionales que salieron de la animación cotidiana:
Spider-Man: Un Nuevo Universo
Se trata de uno de los logros técnicos más impresionantes en la memoria reciente de la animación. La combinación de imágenes de cómic, realismo asombroso y arte callejero crea una paleta extraordinariamente extraña, mientras que el 3D suma a la experiencia. La vemos y parece que el cómic cobró vida.
Cartas de Van Gogh
La película que recrea los últimos días de la vida de Vincent van Gogh fue otra de las películas que sorprendió debido a su técnica de animación ya que es uno de los proyectos que más paciencia han requerido. Primero, se filmó al reparto frente a una pantalla verde para luego realizar una rotoscopía, luego los cineastas buscaron pintores en vez de animadores para pintar a mano cada fotograma. Su compromiso requirió cuatro años de producción y dio como resultado casi 65 mil cuadros.
La combinación del arte pictórico con las técnicas cinematográficas, incluso en una película con un guion con defectos, sigue siendo un banquete para los ojos y algo que probablemente nunca volveremos a ver.
La Historia de la Princesa Kaguya
Dirigida por Isao Takahata, La Historia de la Princesa Kaguya es la película más producida en Japón a la fecha. La historia se basa en uno de los cuentos más antiguos de Japón, “El cortador de bambú”, y se tardaron más de ocho años en terminar de dibujar y pintar la película.
Es un trabajo impresionante ya que el tratamiento de los planos coincide con las emociones del personaje en todo momento: se vuelven más suaves y limpios en los momentos de claridad, mientras que se vuelven borrosos en medio de la agitación.
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