Ciencia vs ficción: mitos en las películas de ciencia ficción
Ciencia de lo humano. Divulgación científica. Capítulo IV
Redacción
Publicado el 06 de Junio de 2022
La ciencia ficción es uno de los géneros más creativos de la literatura gracias a los dispositivos con los que explora dudas e ideas universales, sino es que la existencia misma, desde galaxias lejanas… cercanas y en todas partes.
Esta ficción especulativa presenta personajes y tecnologías que escudriñan elementos imaginarios que aún no existen en el mundo real, como los viajes en el tiempo y/o espaciales de enormes proporciones. Recibe nomenclaturas variadas, como la ciencia ficción “dura”, que utiliza recursos inspirados en hechos de ciencias naturales como la física, la química y la astronomía; mientras que la ciencia ficción “blanda” no es tan precisa en esos ámbitos y se apoya más en la psicología y antropología. Para algunos conocedores es la literatura de nuestra era, una visión necesaria ante la proliferación de creencias sin sustento.
Si pensamos el tema a detalle, los mitos sobre la ciencia ficción pueden asemejarse a los mitos sobre el mundo en el que vivimos hoy. Si lo aterrizamos, comencemos por un ejemplo útil y básico en las narrativas: que solo los científicos son grandes escritores de ciencia ficción. Sin duda algunos científicos lo han logrado de manera excelente en el género y también son seres emocionales, con habilidades que conectan distinto en sus lectores.
A la vez existen escritores “no científicos”, como el mítico Philip K. Dick (adaptado al cine en Blade Runner, Total Recall, etc.), que emplean las posibilidades especulativas del género para, en varios casos, hablar sobre el asedio de las falsas realidades o sobre cómo la tecnología nos aliena. La precisión del autor de Ubik (1962) quizá sea más cuestionable que la de los autores científicos, pero emplea las facultades posibles como marco de un sentir compartido por científicos, amantes de la literatura y cualquier persona.
Imagen: 8385 en Pixabay
La ciencia ficción puede presagiar cambios, pero habla del futuro o instantes paralelos como una herramienta para comprender el mundo actual. Sus representaciones en el cine son divertidas, también basadas en convenciones antes que en realidades. No es que en ellas el sol siempre es amarillo (sin atmósfera se observaría blanco), que las naves espaciales no podrían viajar a través de un cinturón de asteroides o que los meteoritos caen en llamas cuando golpean la Tierra.
Lamentablemente, más bien, no existe el antídoto ultrarrápido al rescate de una nueva enfermedad, como se observó en estos años de pandemia, a pesar de los notables avances en el desarrollo de vacunas contra el covid-19.
Tampoco existen los héroes de acción que seguros y cuales terminators T-800 se alejen ilesos de las grandes explosiones; las naves espaciales serían destruidas en un silencio total y, llegando al terreno del thriller, el secuestro del cloroformo tardaría minutos en hacer efecto, no segundos.
Si se trata de nombrar algunas de las películas de ciencia ficción más alejadas de la ciencia, aunque listas para las explosiones… de la corteza de las palomitas de maíz, les dejamos unas de las más exageradas posteriores a uno de los mayores hitos de lógica imposible: el divertido y, sí, oscuro The Black Hole (1979) de Disney.
- – Armageddon (1998)
- – The Core (2003)
- – The Day After Tomorrow (2004) / 2012 (2009)
- – ¿Y tú qué sabes? (2004)
Continuando en la irracionalidad del cine, uno podría profundizar en el cine B (Sharknado, etc.) o de superhéroes. También en la gran Star Wars o los malos ejemplos de cine de ciencia ficción new age (ejs. Battlefield Earth y After Earth). Habría espacio para el cine de catástrofes o volveríamos todavía más en el tiempo, por capricho, y rescataríamos la sátira nacional México 2000 (Rogelio A. González, 1983), la ciencia ficción mexicana estelarizada por luchadores y la profética El año de la peste (1979) de Felipe Cazals.
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