21 años de Amores Perros, un recorrido por la ciudad
Lo mejor de 2021
Paulina Martínez
Publicado el 31 de Diciembre de 2021
Cuando dos vidas impactan, literal y metafóricamente, entre sí, no hay vuelta atrás. La naturaleza de las cosas rige un destino que puede convertirse en un acierto, o en fatídico accidente. A 21 años de celebrar el estreno de Amores Perros, ópera prima del director mexicano Alejandro González Iñárritu, recordamos la emblemática huída de Octavio (Gael García) con Susana (Vanessa Bauche), la esposa de su hermano.
“Tres vidas chocan entre sí y nos revelan lo perro de la naturaleza humana”, la Ciudad de México es el escenario para narrar esta historia y ahora te daremos un recorrido por la ciudad en donde fueron grabadas las escenas más emblemáticas de la cinta. A manera de homenaje y nostalgia a aquella época dosmilera en la que el cine mexicano empezaba a tener nuevamente un papel importante en el mundo, celebremos los 21 años de una de las mejores películas del cine mexicano.
Para hacer más grande la celebración, cabe mencionar que se trata de una cinta que fue pionera del cine coral, un género en el que distintas historias se encuentran unidas por el clímax del argumento. Además, también conmemoramos que Amores perros recibió 11 premios Ariel, entre los que destacan Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor. Igualmente, obtuvo el premio de la Crítica en el Festival de Cannes y hasta fue nominada al Oscar a Mejor Película en Lengua Extranjera, y otros premios más.
La Ciudad de México se convierte en el escenario en donde la fragilidad humana y las decisiones individuales, de tres vidas distintas, convergen en una catarsis. El impacto de los caminos, los motivos que nos incitan a tomar uno u otro, pueden desencadenar sucesos que van más allá de nuestro control. Tomando como punto de partida a la ciudad y el contexto socioeconómico y cultural que este implica, Amores perros se grabó de manera estratégica, para enriquecer a la trama misma de manera teórica y literal.
En nuestro recorrido, extenderemos el mapa de lo que antes era el Distrito Federal y sus locaciones aledañas veremos que las filmaciones y escenarios variaron. Desde Ecatepec, Estado de México, la Colonia Guerrero, hasta la Condesa, Circuito Interior y Bosques de las Lomas, esta historia teje su trama.
Juan Escutia y Atlixco
El momento del impacto, en donde las tres historias se fusionan, fue grabado en el cruce de las calles Juan Escutia y Atlixco, en la Colonia Condesa. Para filmarla y con la tecnología de aquel entonces, Iñárritu necesitó de nueve cámaras y un coche a control remoto. Además, la taquería que se alcanza a ver en la escena, se llevó una placa conmemorativa de la grabación.
Mikado
La escena en donde “el Chivo” asesina a un empresario fue grabada en un restaurante aún vigente, llamado Mikado. Puedes probar sus deliciosos platillos en Avenida Paseo de la Reforma.
MVS Radio
El día del accidente, cuando todo impacta y se entrelaza, Valeria, la modelo española, está en una entrevista para la cadena de televisión. Al momento de salir, podemos ver que la escena fue grabada en las oficinas de MVS, que están ubicadas frente al Aeropuerto.
No cabe duda de que la Ciudad de México ha contado mil historias, tanto ficticias como reales. Sólo sus calles reconocen los silencios y los ruidos que se guardan en su pavimento. Incluso, como anécdota, Iñárritu ha comentado que él y su equipo de grabación fueron asaltados durante el scouting de la película. Sin embargo, con base en las negociaciones, aquellos asaltantes salen a cuadro en una de las peleas de los perros.
Si de la ficción nos vamos a lo real, seguiremos un círculo eterno en el que las historias sólo cumplen una metaficción por sí misma, para revelarnos lo que somos y lo que hay a nuestro alrededor. Amores perros no es la excepción a esta reflexión, pues veremos desde lo más visceral (o perro) que puede ser el ser humano, hasta lo más noble. Veremos un contexto dibujado según las posibilidades que cada escenario dispone y la voluntad de cada personaje.
Ahora, a 21 años de su estreno, no estaría mal volver a ver la cinta y reconocer cómo el cine mexicano ha trascendido y esta fue una de las causas.
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