Tutti Frutti: El Templo del Underground llega al Festival DocsMX
Y anuncia función gratuita
Iván González
Publicado el 09 de Octubre de 2022
El año era 1985, el lugar antiguamente llamado Distrito Federal que había sido sacudido por una tragedia de proporciones desastrosas. En este contexto con un México que aún no terminaba de recuperarse y donde la represión del régimen contra la juventud impuesto a partir de los movimientos estudiantiles del 68 y 71,era particularmente estricto, Brisa Vásquez de 19 años y Danny Yerna de 21, ambos unos verdaderos fanáticos de la cultura punk y quienes recién habían tenido la oportunidad de conocer la escena en Europa, empapándose de música que difícilmente podía llegar a estas latitudes, decidieron abrir un espacio para poder compartir esos gustos. Así, cobijado por la clandestinidad en la parte trasera de un restaurante llamado Apache 14 ubicado en Azcapotzalco, nació el bar Tutti Frutti.
El Tutti Frutti fue cuna de una escena que no encontraba lugar en otros espacios, de música que no se podía escuchar en ningún otro lado, por ahí pasaron grupos e integrantes de bandas claves del rock mexicano como Las insólitas imágenes de Aurora, agrupación que daría lugar a Caifanes, Santa Sabina, Café Tacvba, La Maldita Vecindad y desde luego , entre muchas otras. Pero además el Tutti, fue un lugar donde se gestaron y conocieron muchas otras personas que luego serían claves para la cultura en México: pintores, escultores, cineastas, fotógrafos, bailarinas, actrices y actores, y por su puesto icónicos punks como Ganzo Punk, Aknezz y el Piraña. Un lugar en el que se reunían muchas de las personas que formaron proyectos artísticos y culturales como la Quiñonera, El sindicato del terror, La pus Moderna, el Salón des Aztecas, colectivos como los SEMEFO entre otros, que luego sentarían el camino para muchos más. Espacios como Rockotitlán, el LUCC, el foro Alicia, no podrían pensarse sin estos antecedentes.
Teaser Tutti Frutti from Alex Albert on Vimeo.
El año es ahora 2017, Laura Ponte, documentalista, quien ha producido “Pronóstico Reservado”, “A poco estás tan buena” y “Mujeres de Arena”, “Son duros los días sin nada”, entre otros, y que además ha ganado tres veces el Premio Nacional de Periodismo, estaba en una fiesta con sus amigas cuando empezaron a recordar sobre la magia que tenía ese lugar y lo que representó en ese entonces, ante la incredulidad de una de las jóvenes hijas de sus amigas. Fue entonces que Laura dijo: “¡Voy a hacer este documental!”. Así comenzó este proyecto que ahora finalmente verá la luz en el marco del festival DocsMX con una función gratuita al aire libre en el Parque México el próximo 20 de octubre a las 8:00 PM.
El trabajo para realizar este documental no fue para nada sencillo, Laura había ido al Tutti Frutti unas cuantas veces cuando apenas tenía unos 15 o 16 años, así que lo primero que se propuso fue crear un espacio virtual donde todas aquellas personas que tenían recuerdos del lugar pudieran compartir sus vivencias y recuerdos, así se formó el grupo de Facebook, Tutti Frutti: el documental que a la fecha cuenta con más de 8 mil miembros y que fue clave para poder rastrear material, anécdotas y personas que estuvieran dispuestas a compartir su experiencia. En este sentido el documental tiene una gran parte de trabajo colaborativo.
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Por otra parte la labor de investigación es comparada por Laura como la reconstrucción de escenas de un crimen, preguntando por aquí y por allá, rastreando a través de las imágenes la identidad de una persona que aparece en una foto con una cámara, visitando personas que le podían compartir material, una labor titánica de recuperación de lo que ahora ya puede considerarse una gran archivo histórico no solo del Tutti Frutti sino de una escena clave en la historia cultural de la ciudad. También fue clave la investigación más en forma y los materiales de apoyo como las tesis y trabajos documentales de Andrea Gentile creadora de materiales como La neta… no hay futuro (1988) y Gregorio Rocha quien trabajó con Sarah Minter en obras como San Frenesí, (1983). También clave fueron los aportes de Pablo Gaytán, autor del documental “Década Podrida”, artista visual que ha dedicado gran parte de su labor a recopilar archivos de los movimientos urbanos en el país.
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