Señales extraterrestres y la promesa de vida alienígena (Parte II)
¿Hay alguien más allá en el universo?
Paulina Martínez
Publicado el 13 de Enero de 2021
Comunicaciones alienígenas
Nunca estará de más seguir creando escenarios hipotéticos sobre nuestros posibles encuentros con la vida extraterrestre, de ser que exista. Sobre todo ahora que han suscitado noticias recientes sobre lo que parece ficción.
Empecemos por la señal de radio que se recibió del sistema solar más cercano al nuestro. Científicos han dado el anuncio de que la señal llegó desde Próxima Centauri b, una "supertierra" que tiene superficie rocosa, en la que se cree que existe agua líquida y que está a 4,2 años luz de la Tierra.
Se trata de un exoplaneta (planeta fuera de nuestro sistema solar) ubicado en Alfa Centauri, y las ondas fueron detectadas en 2019 por un radiotelescopio gigante ubicado en Australia y desde entonces diferentes equipos buscan entender el hallazgo. Es decir, se busca descifrar si estas señales son en realidad de vida extraterrestre o simplemente fueron ocasionadas por energías naturales y fuerzas físicas del planeta mismo.
Mientras no sepamos de qué se trata, es claro que anhelamos que sea de vida alienígena, aunque en el fondo temamos por esa respuesta.
De igual forma, recientemente se volvió tendencia que una de las Lunas de Júpiter, había lanzado una señal. Todo fue registrado por Juno, nave enviada a orbitar cerca del gigante planeta en 2011 por la NASA.
Sobre lo que hallaron los científicos espaciales por medio de la sonda fue una señal de radio FM (onda de frecuencia modulada) procedente de la luna Ganímedes (satélite natural más grande de Júpiter y del Sistema Solar).
Se trata de la primera vez que se detecta una señal de este tipo desde esta luna. Además, esta noticia habitó en el suspenso, ya que las señales fueron recibidas por Juno durante cinco segundos, cuando volaba a 50 kilómetros por segundo. Sin embargo, nos desalentaron cuando afirmaron que se trataba de “una función natural”, y nada de vida alienígena o similares.
Ovnis en el espacio
Igualmente, llama la atención la reciente insistencia de un científico renombrado sobre la posibilidad de que un asteroide sea, en realidad, una nave alienígena.
Se trata del aclamado Astrofísico de la Universidad de Harvard, israelí-estadounidense, Abraham Avi Loeb; quien está convencido de que hay vida inteligente fuera de la Tierra, como muchos más. Sin embargo, sostiene una teoría realmente distinta e interesante.
Defiende la idea de que Oumuamua, un curioso objeto interestelar observado mientras cruzaba el Sistema Solar, no es una roca desprendida de otras estrellas, sino que se trata del “primer signo de vida inteligente de origen extraterrestre”. ¿Cómo es esto?
De acuerdo con Loeb, las características de este objeto espacial solo podrían explicarse de una manera: “Oumuamua, como lo llamaron, constituye la primera evidencia de vida y tecnología extraterrestre, y las implicaciones de esta afirmación para el ser humano son inconmensurables”.
Este cuerpo celeste fue detectado en movimiento próximo a la Tierra el pasado 19 de octubre de 2017 por el canadiense Robert Weryk, y en principio fue catalogado como un cometa para después decantarse por un asteroide. Sin embargo, su forma y su comportamiento difería sobre el resto de estos cuerpos interestelares.
Sobre las características por las que Loeb sostiene este hecho, van de las “normales” a las “extraordinarias” que nos dejan pensando.
Para empezar, asegura que Oumuamua no es un cometa porque no deja una estela, tampoco tiene la forma de un asteroide, ya que es alargado, un aspecto que no se había observado anteriormente en este tipo de cuerpos espaciales. Y lo extraordinario radica en lo siguiente, Oumuamua no tiene una órbita precisa y puede cambiar de velocidad, antecedentes que la ciencia aún intenta explicar.
Los científicos sacarán conclusiones “apresuradas” ante noticias que parecen extraordinarias, pero pueden terminar siendo sensacionalistas. Sin embargo, nuestro afán por soñar y mantener la mirada hacia lo imposible, nunca nos detendrá de imaginar lo que sería encontrarnos a nosotros mismos, como decía Sagan, en las infinitas posibilidades sobre vida alienígena y demás fenómenos aún sin descubrir.
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