¿Problemas para despertar? Toma nota de estos consejos
Existir ya es suficientemente pesado, haz toma en cuenta estos tips para aligerar el día
Paulina Martínez
Publicado el 25 de Octubre de 2021
Más allá del sueño o cansancio que nuestro cuerpo pueda tener al momento de escuchar el despertador, muchas veces no podemos levantarnos fácilmente de la cama. La decisión y voluntad de alejarnos del confort de nuestras sábanas a veces puede ser de las más difíciles, aunque no lo parezca.
Muchos factores pueden ser la causa real de este problema, entre ellos está la depresión que, sin duda, enfrenta el inicio del día como si se tratara de una batalla épica. Por muy exagerado que pueda sonar esto, lo cierto es que no por nada la salud mental está cada día más en la conversación global, pues a veces salir de la cama es más un problema de salud pública que uno exclusivamente personal.
Se trata de un problema que ha existido desde siempre, pero que desde que la pandemia se instaló en nuestras vidas, incrementó. El monitoreo mensual de la depresión señala que en abril de 2020 incrementó de manera significativa con respecto a 2018 que midió la Ensanut (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición), y resultó la más alta en los meses en que se midió con Encovid-19 (Encuesta de seguimiento de los efectos del covid-19).
En este sentido, despertar no siempre es suficiente, salir de la cama se ha convertido en un serio reto para muchos. Igualmente, hay factores que no ayudan a esta situación, como sentir que nuestro cerebro tarda en arrancar en las mañanas, despertar de mal humor y sin ánimos de trabajar o comenzar nuestro día.
Para todo problema hay una solución, y por supuesto existe una alternativa para despertar con mucho más ánimo, de mejor humor y con un sentido para nuestro día. Los especialistas en el sueño aseguran que es posible y que, con el riesgo de sonar a la narrativa coach de nuestros días, todo depende únicamente de nosotros.
Muchas veces la lógica es el primer camino a tomar, por lo que despertar con mejor ánimo significa conseguir un descanso óptimo por las noches, es decir, tener un sueño de calidad antes que cantidad.
Aclimata a tu cuerpo para el descanso
Una de las recomendaciones para conseguir un sueño de calidad es tomar un baño caliente unos 90 minutos antes de acostarnos, de esta manera ayudamos a aumentar la temperatura corporal para que se aclimate a nuestro primer ciclo de sueño.
La calidad del sueño se ve inducida por una disminución gradual de la temperatura interna, por lo que se recomienda usar una pijama transpirable y no usar muchas mantas para taparse por la noche. Y algo importante, en el que muchos entrarán en debate: prohibido usar calcetines, la ciencia asegura que para la salud es mejor dormir en una habitación fría que en una caliente.
Nuestra alarma y el intervalo de 20 minutos
Se recomienda programar nuestra alarma 20 minutos antes de la hora a la que nos tenemos que levantar y otra al momento que deseamos despertar. Basado en el conocimiento de que la fase REM del sueño (sueño más ligero, con movimientos oculares y sueños) es mucho más larga en las mañanas, y en lo que cambiamos de la fase no REM a la REM ocurre un plazo de 20 minutos. Por eso es que despertar en una fase u otra del sueño afecta en cómo nos despertamos. Si al sonar nuestra alarma te sientes aturdido, es porque probablemente te sacó de tu fase REM.
El consejo es poner nuestra primera alarma en bajo volumen, por si no es encontramos en este periodo de sueño profundo y una segunda alarma con el volumen habitual, esperando que en esos 20 minutos de intervalo entre una y otra cambiemos de fase y logremos despertar con mucha más facilidad y sin sentirnos tan aturdidos.
El cerebro necesita masticar para despertar
Cuando masticamos nuestro cerebro asociamos el acto con la mejora de la estimulación neuronal y la memoria. Al momento de masticar, nuestro nervio trigémino envía una señal al cerebro y al hacerlo repetidamente lo activa y fortalece las vías de comunicación entre el cerebro y el sistema nervioso.
Masticar a primera hora un alimento crujiente o difícil de masticar nos ayuda a estimular nuestro estado de vigilia, por eso despertar con hambre también se asocia con un buen descanso.
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