Hoy en día es casi impensable imaginar la vida sin nuestros smartphones, es decir, más allá de la dependencia que hemos generado alrededor de estos dispositivos, lo cierto es que nos han facilitado la vida diaria en un gran porcentaje. ¿Quién iba a pensar que un simple artefacto se volvería el dispositivo en donde guardaríamos nuestros mayores tesoros?

Casi como si se tratara de una caja de pandora, o una caja fuerte, nuestros dispositivos se han convertido en el mayor artefacto de nuestras vidas y no únicamente por su valor monetario, sino por su valor emocional y de alcance de capacidad. 

Las funciones básicas de estos dispositivos, hacer y recibir llamadas  o mensajería, trascendieron para ser algo más que un simple teléfono portátil. Ni hablar de que ahora parece más una laptop, quizá es algo hasta más complejo y no por sus funciones en sí, sino por el valor que le hemos atribuido. 

En este sentido, la tecnología ha apostado por hacer que la simplificación sea una de las variantes en las que la ciencia y mundo industria se enfoque. Entre más simplificado y reduccionista se vuelvan nuestras tareas cotidianas, mejor será el avance de nuestra civilización, o al menos para las masas. 

En esta nueva sección, hablaremos sobre cómo estos dispositivos nos han cambiado la vida y cómo es que han evolucionado a lo largo de los años. Igualmente, recorreremos el panorama actual y lo que se vislumbra en el horizonte. 

Foto de Drew Beamer en Unsplash 

También, como buenos aficionados, nos aventuraremos a descubrir cómo se ha pronosticado que serán los smartphones en el futuro si es que habrá, es decir, ¿seguirán siendo parte de nuestra vida como ahora?, ¿llegarán nuevos dispositivos  que sean capaces de sustituir esta necesidad?, ¿hablamos de chips internos que estén dentro de nuestros cerebros?

Desde convertirse en la novedad por hacer y recibir llamadas de manera inalámbrica y fuera de casa, hasta privilegiar las funciones de cámara y video. Así ha sido el salto de esta aventura tecnológica. 

Tan sólo hace dos años los consumidores desbloqueaban su smartphone cada 10 minutos. Sin embargo, los diversos estudios han confirmado que ese tiempo se ha reducido a 5 minutos. Más de la mitad en tan sólo dos años, hablamos de una sociedad enteramente dependiente de estos dispositivos. 

Para bien o para mal, estos dispositivos se han convertido meramente indispensables en nuestras vidas diarias, y en cierto sentido esto también ha abierto las puertas a oportunidades de marketing y diferentes modalidades de negocios. 

Foto de Ameer Basheer en Unsplash

En realidad, esto implica muchas cosas en nuestra sociedad. Tanto positivas como negativas, por un lado el comercio y demás posibilidades económicas están migrando a las nuevas plataformas digitales en donde el universo de oportunidades está creciendo y sigue siendo un terreno completamente fértil. 

Mientras que por otra parte, a nivel individual esto está generando dependencias y malestares psicológicos. No se trata del fin del mundo ni el fin de las interacciones carnales, pero sin duda el mundo está cambiando radicalmente y esto en lugar de ir con calma, cada vez está en aceleración exponencial.  

Se trata de las consecuencias del desarrollo de nuestra civilización. Y como en toda película, la trama tiene sus matices. A lo largo de los siguientes capítulos averiguaremos cómo es que imaginamos el futuro de estos dispositivos, pero también indagaremos en cómo nos han afectado a nivel personal y de desarrollo cognitivo estos grandes saltos tecnológicos que hemos hecho en tan poco tiempo. 

Paulina Martínez