Meditaciones fuera de lo común
Mente, cuerpo y alma. Meditaciones bajo hielo, Wim Hof o Iceman. Capítulo V
Paulina Martínez
Publicado el 17 de Octubre de 2022
Inhalar y exhalar, las dos funciones que nuestro cuerpo hace para vivir. Respirar, un acto que parece ser más un reflejo, pero cuando lo haces en plena consciencia, toda tu vida cambia por completo. Caminamos, corremos, miramos, olemos, sentimos, nuestro corazón palpita y nuestros pulmones hacen la danza de vaciarse y llenarse en una constante.
Respirar no es cualquier cosa, de hecho, la filosofía oriental lo ha destacado a tal nivel que se ha adentrado en este acto como en uno supremo en el que podemos alcanzar un estado de plena meditación con tan sólo hacerlo dedicadamente.
En los capítulos anteriores hablamos de uno de los grandes gurús contemporáneos, y la palabra gurú se la ha adjudicado el gremio popular antes que cualquier institución o filosofía oriental. Se trata de Wim Hof, quien ha desarrollado toda una técnica en cuanto a meditaciones bajo el hielo, algo que parece innovador, pero no es más que el producto de conocimientos primitivos sobre nuestra naturaleza, reunidos en un objetivo en común.
En este sentido, hoy pensamos en las diversas maneras que el ser humano contemporáneo y primitivo ha encontrado para meditar a través de estos largos años de nuestra existencia. Parece curiosa y excéntrica esta manera de meditar bajo el hielo, ¿existe alguna más extraña o fuera de lo común?
La respuesta es sí, sobre todo si pensamos en que hablamos de una tradición milenaria que se ha desarrollado a lo largo de los años, es decir, en toda clase de periodos históricos. Descubre algunos ejemplos.
Meditación entre cadáveres
Suena a todo lo contrario que busca la meditación, es decir, meditar entre cadáveres no parece nada relajante y sobre todo cuando estos están en plena descomposición. Sin embargo, en algunos de los miles de templos budistas de Tailandia es más común de lo que creemos. Los monjes se sumergen en meditación profunda frente a un cuerpo en descomposición.
Hoy en día esta meditación se limita a Tailandia, pero se trata de un concepto antiguo dentro del budismo. De hecho, existen murales y manuscritos realmente antiguos (siglos) en los que se muestran escenas de meditación junto a distintos tipos de cadáveres, algunos infestados de gusanos, otros cortados en dos o acosados por cuervos.
Por muy extraño que esto aparezca, en realidad esta imagen desagradable que casi podemos sentir en su hedor, contiene la esencia de grandes preceptos budistas. Por ejemplo, podemos hablar del desapego al cuerpo físico, la profunda reflexión de lo transitorio. Se trata de un ritual para dejar ir, sobre todo al ego.
Por lo general, hacen estos rituales con cuerpos jóvenes que murieron de manera inesperada. La familia lo dona con el propósito de que la tragedia tenga beneficio para alguien más. Asimismo, los monjes consideran que los jóvenes fallecidos “representan lo mejor de la humanidad. Son inocentes, no tan egoístas ni codiciosos ni ambiciosos. Si algo tan hermoso puede descomponerse, ¿de qué sirve el orgullo o la vanidad?”
Meditación del silencio
Seguramente has escuchado de este tipo de meditación, sobre todo, porque también se ha popularizado en su forma turística en donde vas a un retiro de silencio en el que a través de esta práctica puedes conseguir una meditación profunda sobre tu entorno y ti mismo.
Meditaciones extremas
A lo largo de los siglos, se han encontrado diferentes maneras o métodos para meditar. Por ejemplo, en algunos templos tailandeses existen formas peculiares para hacerlo. En un templo de Nong Bua Lamphu hay un monje que medita en aceite caliente. Mientras que en otro, en Wat Tham Mangkon Thong, algunas monjas meditan flotando en una piscina. Igualmente, se dice que hay quienes meditan en una caja con serpientes pitón, o en ataúdes, con tal de conseguir oscuridad absoluta para mejorar la concentración.
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