Nuestra ciudad, como todas las grandes ciudades del mundo, ostenta una carta muy amplia de lugares que brindan esparcimiento cultural con música en vivo, comedias en modo stand-up y un sinfín de actividades. 

Existen formas de relatar lo que sucede en la Ciudad de México: el historietista Gabriel Vargas creó a La familia Burrón en 1948, donde retrataba las andanzas y calamidades de los habitantes del antiguo DF. Por su parte Luis Buñuel capturó al México de los bajos fondos en la cinta del año 1950, Los Olvidados. O en la novela corta Las batallas en el desierto (1981), del escritor José Emilio Pacheco, nos adentra en el fin de la niñez acompañado del primer amor.

Siempre pueden encontrarse ecos del pasado que resuenen en el presente –como el de una ciudad en tiempos de pandemia, la actual o alguna vez la de poliomelitis– y esa sensación de que el tiempo, como la urbe, no pasa en vano. Vaya que parece una especie de máquina del tiempo esta novela.

Pero no olvidemos que una buena canción también ayuda a decir mejor aquello que necesitamos expresar. El cancionero popular y contemporáneo mexicano no es la excepción. En sus letras hay memoria y emoción. Por eso las canciones provocan afectividad en quien las escucha, porque llegan a reflejar su propia experiencia de vida. Las canciones que se han escrito acerca de la Ciudad de México, sobre todo durante el siglo XX, suceden en escenarios que infunden sentimientos de identidad a sus habitantes. 

Esta ciudad ha tenido un gran número de compositores e intérpretes, algunos anónimos y otros conocidos. Ellos han cantado la historia de la CDMX, crónica que no viene en ningún libro de texto. 

Para empezar, hay que hacer referencia a los corridos, los cuales, además de dar cuenta de lo sucedido en las batallas revolucionarias, hablaban del sentir de la gente. Oscar Chávez (1935-2020) ha rescatado algunos de ellos como “Adiós a México”, un canto nostálgico del chilango que abandona el terruño. 

Salvador Flores Rivera, conocido como Chava Flores (1920-1987), describió el barrio, las fiestas de 15 años, las bodas, las pulquerías o andares sabatinos. Completamente chilango, citadino, ingenioso y divertido; sus canciones retratan la vida capitalina. Sus letras y música, reflejan un profundo conocimiento del folclor del ex-Distrito Federal parodiando la manera de ser del mexicano, así como las costumbres de un México olvidado, un acertado conocedor del ser del mexicano y un comediante original. 

¡Ah, qué mi Chava! Lo que no hizo por conservar en el recuerdo ese México florido, porque no cayeran en el olvido sus platillos típicos, panes y dulces tradicionales, y para que no se perdieran las celebraciones mexicanas con todo su jolgorio y algarabía. En la misma escala orquestal, los danzones clásicos de la ciudad evocan una era, la “Salón México” (himno del legendario salón que estuvo ubicada en Pensador Mexicano #60, en el Centro, entre las décadas de 1920 y 1960 y posteriormente en los 90s y comienzos de los dosmiles). Por su parte, “El Ruletero” de Pérez Prado es una extraña glorificación orquestal de ese legendario sitio. 

El rock tampoco se queda atrás, especialmente a partir de los años ochenta, se aparta completamente de las tradiciones y la crónica urbana y se encamina, por el contrario, a la denuncia, en parte gracias a la llegada del punk a México. Desde la balada sentimental de Rockdrigo (1950-1985), “Metro Balderas”, hasta, digamos, “San Juanico” de El Tri (con base en la explosión de gas que hizo cimbrar el orden de San Juan Ixhuatepec, Estado de México, y la Ciudad de México en 1984).   

Lo mismo que José Luis Díaz Frausto (alías José Luis D.F., en su nombre llevaba la penitencia), cuyas canciones de “rock macizo”, como él las llamaba, tienen una fuerte carga social, hablan del barrio y la vida cotidiana. Tampoco puede faltar Jaime López quien con el dialecto chilango compuso una de las canciones emblemáticas de la CDMX: “Chilanga Banda”, que Café Tacvba hizo célebre años después. 

En los ochenta el alma satírica aprende a cantar a la catástrofe (“¿Dónde te agarró el temblor?”, de Chico Che). Las bandas de rock han puesto su grano de arena en la crónica musical de la metrópoli. Allí están Café Tacvba, Maldita Vecindad, Botellita de Jerez, El Tri, Charlie Monttana, el Haragán, Los Auténticos Decadentes, Instituto Mexicano del Sonido y más. Podemos mencionar a raperos como MC Luka, Boca Floja, Tino el Pingüino, Kartel Aztlán. Cantautores como Armando Palomas, Fernando Delgadillo, Armando Rosas y la lista no acaba. 

¿Con qué tema te sientes más identificado? 

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Iván González