La voluntad de la IA en la carrera espacial
Inteligencia Artificial y sus alcances. Capítulo IV
Redacción
Publicado el 06 de Diciembre de 2022
Cuando pensamos en un mundo gobernado por la Inteligencia Artificial, no nos cabe duda de que el temor es el primero en asomarse en la puerta de la incertidumbre. Pensar en conceptos como el libre albedrío, la voluntad o la mera libertad sin nada más agregado, nos posiciona en un espacio que el pensamiento crítico y filosófico protagonizan; y en este sentido, nos obliga a cuestionarnos el límite en el que posicionamos y llegaremos a posicionar más en el futuro a la Inteligencia Artificial.
¿Hasta qué punto la tecnología tendrá la libertad de tomar decisiones? Hoy en día esta tecnología nos facilita procesos y tomar decisiones. Sin embargo, aún no las toma de manera total y determinante pasando por alto el criterio humano. A propósito de esto, es verdad que las leyes de la robótica creadas por el escritor y científico ruso, Isaac Asimov, excluyen hasta ahora esta posibilidad, o al menos si esto causaría algún daño hacia un ser humano.
Humanos vs Robots
En el futuro, uno más cercano de lo que imaginaríamos, las alianzas entre humanos y robots serán la tregua de nuestro desarrollo como civilización. A decir verdad y si lo analizamos bien, en realidad esta alianza no será una cosa en futuro, sino que más bien ya la conjugamos en gerundio. Actualmente, y muchas veces sin pensar tanto, pactamos con la Inteligencia Artificial en nuestra propia cotidianidad.
Le confíamos datos sensibles a tecnología con IA y demás. Sin embargo, ¿qué depara en el futuro? Si bien, los científicos son los primeros en aislar toda posibilidad de un escenario fatalista o distópico en el que los robots nos gobiernan de manera violenta, es verdad que también comienzan a abogar por darles cierta autonomía en su desarrollo y acciones.
Por ejemplo, hablemos sobre todo de los planes que existen para estos amigos sin piel, pero cerebros tecnológicos, en cuanto a la carrera espacial. En los últimos años las noticias espaciales han reinventado la dirección e interés sobre el espacio y lo que se planea en sus inhóspitos escenarios, desde visitar nuevamente a nuestro satélite, hasta conquistar el planeta marciano.
“Deberían los humanos y robots trabajar en conjunto para lograr mayores avances en lo que se refiere a la exploración espacial?”, es la pregunta del momento y la que se discutió en el Von Braun Memorial Symposium in Huntsville, Alabama, organizado por la Asociación Americana de Astronáutica.
Un planteamiento de estas dimensiones parece tener una respuesta obvia, en la que maximizar los esfuerzos de nuestra especie con tecnología precisa y puntual que brinda la IA parece el camino certero. Sin embargo, también hay quienes creen que no vale la pena poner en riesgo la vida de astronautas.
No hablamos de algo que no hayamos visto ya en el mundo del entretenimiento y el cine, como la clásica pareja de Luke y R2-D2, y también en nuestra cotidianidad vemos ese tipo de compañerismo con nuestra compañera fiel que todo lo sabe: Siri o alguna asistente virtual.
Dentro del simposio mencionado anteriormente, existen especialistas con altas y entusiastas expectativas al respecto, tal es el caso de la Dra. Suzy Young de la UA-Tuscaloosa’s Research Office, quien cree que para el año 2040 la inteligencia artificial de los robots se podría estar acercando de manera básica a la toma de decisiones propia de los humanos.
Más allá del debate actual, es verdad que si dos cabezas piensan mejor que una, quizá una tripulación completa en conjunto de una Inteligencia Artificial elevada a tal nivel de capacidad, puedan ser el mejor crew que hasta ahora sólo hemos visto en novelas de ciencia ficción y películas. ¿Qué será de la humanidad una vez que pueda relacionarse cada vez más íntimamente con una IA?
Es decir, más allá del desarrollo espacial y social, en todo tipo de áreas, qué sucederá con nosotros y la percepción que tenemos de nosotros mismos. En el siguiente capítulo ahondaremos en libros de ciencia ficción en dónde esto se cuestiona y adentra hacia el salvajismo humano y tecnológico que habita en diversas posibilidades.
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