¿Te has preguntado por qué todas las redes sociales son “gratis”? Nada es gratis en esta vida, por lo que la frase de “nada es gratis y cuando lo es, significa que tú eres el producto”, se ha popularizado al hablar de privacidad en línea.

Si te has preguntado por qué todos estos servicios son gratuitos, es posible que hayas pensado seriamente sobre la privacidad y el manejo que terceros tienen con tu información personal, la cual brindas sin muchos peros cuando abres algo tan necesario hoy en día como una cuenta de correo electrónico, por poner un ejemplo.

La privacidad en línea ha estado sobre la mesa por muchísimo tiempo, y es que no podemos evitar sentirnos incómodos al saber que antes el FBI tardaba un mes en conseguir la información que ahora, voluntariamente, obtienen en Facebook en media hora. Pero es posible que haya escalado a ser un tema más general hace unas semanas, cuando WhatsApp cambió sus políticas de privacidad (sino es que anunció públicamente lo que ya hacía y es más común de lo que parecería, como sugiere un artículo de The New York Times), uniendo los datos con su red mayor, Facebook.

Claro que esto tomó tintes conspiranoicos y asustó a millones, quienes decidieron dejar la red estadounidense por pasarse a Telegram, la red de origen ruso, lo que hizo que Facebook diera un paso atrás con sus términos y condiciones, así como mandar mensajes asegurando que los temores eran falsos.

A pesar de ello, claro que dejó la espinita e hizo que millones se cuestionaran acerca de la privacidad en todas las redes sociales, pero la información que damos en estas plataformas es sólo la punta del iceberg cuando hablamos de privacidad.

La información es poder, y justamente con la información que brindamos en cada paso que damos en línea es lo que nos vuelve a nosotros mismos el producto.

Hablemos de la huella digital, la cual la definimos como las diversas “pruebas” de nuestro recorrido en línea. Por ejemplo, cada que entramos a una página web que nos pide acceder a cookies, dejamos una huella de que estuvimos ahí. Por lo que es importante ser conscientes de las acciones que realizamos en línea y, sobre todo, qué tipo de información dejamos en el camino.

Podemos dejar nuestro nombre, apellido, dirección y datos de nuestras instituciones bancarias al hacer una compra en línea; dejamos nuestras direcciones electrónicas; nuestros números de teléfono, seguro social o identificación personal.

Y bueno, en las redes sociales podemos dejar una huella muy profunda al compartir fotos, audios, videos, sitios que hemos visitado.

Claro que el mal menor serían las publicidades que nos persiguen en cada página a la que accedemos, y que nos venden algo que habíamos buscado anteriormente. Pero sin duda, la información que compartimos no es delicada, ya que podríamos compararlo con dejar entrar a nuestro hogar a cualquier desconocido. Por lo que es importante saber qué tipo de personas quieres que sepan cosas tan importantes como quiénes son tus personas cercanas y cuánto ganas a la quincena.

Así pues, los expertos nos dan unos tips para ser mucho más conscientes de lo que compartimos en redes sociales:

• No des “aceptar” a cualquier cosa sólo porque quieres acceder a un sitio. Lee lo que se te pide con atención.
• No compartas tu información real delicada en las redes sociales. Si es posible, usa un apodo o seudónimo, y ten en cuenta que no toda la gente que conoces es realmente tu amiga. Siempre es mejor prevenir, que lamentar en el futuro.
• Acepta sólo a personas que realmente conozcas. Si puedes, confirma con alguna pregunta por chat, para ver si realmente son ellos, ya que muchas veces, los perfiles se clonan con fines delictivos.
• De ser posible, regístrate a los servicios utilizando tu correo electrónico. Si lo haces a través de las redes sociales, podrían acceder a toda la información que has compartido allí.
• Configura siempre tu privacidad apenas hagas una cuenta en una red social.
• De ser posible, no utilices la misma contraseña para más de una cuenta en redes sociales o correo electrónico.
• Cada determinado tiempo, limpia tu historial, o navega en modo incógnito.
• Siempre que puedas evitarlo, no te conectes a redes públicas. Si no puedes evitarlo, al usarlas no accedas a ningún sitio o hagas compras en línea.
• Cierra sesión siempre que utilices un dispositivo al que alguien más podría tener acceso.
• No lleves el GPS de tu móvil conectado si lo utilizas, así no podrán rastrear tu ubicación.

Recuerda que al acceder a un sitio “gratuito” estás aceptando que seas tú el producto o el bien que intercambias por el servicio, pero aún así, puedes ser cuidadoso con la información que brindas en cada lugar.

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Nora Morales