La poesía en 2020, los versos del encierro
De confinamiento y la nueva normalidad entre versos
Paulina Martínez
Publicado el 11 de Diciembre de 2020
Mientras la narrativa del 2020 se aletargó, y se estiró en un capítulo que a todos nos pareció innecesaria y tortuosamente largo, otro camino literario coexistía a la par y sin temor a la brevedad. Y es que a pesar de que el género literario más vendido en la historia es el de la narrativa, específicamente novela, este año la poesía subió el volumen en cuanto a su presencia.
Pensar en la poesía nos traslada a distintos terrenos fértiles, en los que apenas se tira una semilla y la palabra convierte el territorio en un mundo de posibilidades. Tal como lo expresa el poeta español, García Lorca, “poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio”.
Más allá de la academia, la poesía también podría reflejarse como algo verdadero como real, ya lo dijo Raúl Zurita: “La poesía no es literatura, la poesía es la realidad”. Es decir, es la poesía ese instante en el que todo sucede, desde lo individual hasta el salto que encarna en la universalidad. Sin malinterpretar a Zurita, toda literatura sigue siendo ficción, pero es en el género poético en el que este artificio se toma como punto de partida, o como pretexto, para retratar lo real.
Si bien, también podríamos pensar en la poesía como algo que nos lleva a muchos años pasados, en los que clásicos como el “Cantar de Mio Cid”, Góngora y hasta lo más cercano, como Vallejo se aparecen en nuestras mentes inmediatamente. Sin embargo, lo cierto es que, mientras el lenguaje exista, la literatura seguirá siendo un órgano vital de nuestra humanidad.
Así que entre los recuentos que surgen a vísperas del cierre, en este caso el del año, también hablemos de literatura, pero sobre todo de poesía. Y aunque los finales de ciclo no son otra cosa más que temporalidades ficticias, para llevar la cuenta, lo cierto es que los recuentos también nos recuerdan lo que ha significado todo un año. Por eso ahora nos dimos a la tarea de recolectar el top 2020 en la poesía nacional e internacional, para que si aún no lo habías hecho, te eches un clavado y cierres un año entre versos contemporáneos.
Novísimas, antología de Zel Cabrera
Se trata de una antología hecha por la poeta, traductora y periodista mexicana Zel Cabrera, autora de cuatro poemarios, y quien entre sus significativos reconocimientos obtuvo el Premio Nacional de Poesía Tijuana 2018.
Cabrera se dio a la tarea de buscar a poetas mexicanas nacidas entre 1989 y 1999, para la creación de esta antología. Aquí podremos encontrar a diversas escritoras emergentes, como Andrea Muriel, Lucia Rueda, Cristina Bello, Melissa del Mar y Frida Victoria, entre muchas otras más.
Si te interesa conocer más sobre el libro y los poemas que lo habitan, puedes echarle un ojo al podcast de Ingrávidas, en el que entrevistan a la Cabrera, y en el que podrás también escuchar algunos poemas antologados. Escúchalo AQUÍ.
Estirpe, de Alejandro Concha M.
El poeta nacido en Lota, Chile, en 1995, se ha reconocido en el ámbito literario y social, por ser el codirector del Movimiento artístico La Balandra Poética. Entre sus diversos poemas, Estirpe es un poemario en el que su reescritura indaga en el rescate de la memoria e identidad. Incluso, es importante señalar que nació dos años antes del término de la actividad carbonífera en Lota, razón que lo llevó a actuar significativamente en la difusión del patrimonio literario en la cuenca del carbón.
No queremos cazar la noche, de Carolina O. Fernández
La poeta originaria de Lima, Perú, se destaca por su arduo trabajo en literatura poética y ensayística. Se le ha reconocido de maneras diversas, en la que ha sido acreedora de premios importantes de literatura. En esta obra, publicada en 2019, nos encontramos en un viaje poético que nos habla de la denuncia social, desde la mirada sensible de la artista. De acuerdo con la crítica de esta obra está:
“Interpelada por la realidad oscura y distópica de los feminicidios, la racialización de la pobreza, la discriminación y el acoso, Carolina O. Fernández construye un corpus poético feminista; ahí la sororidad, las alianzas entre cuerpos y el ecologismo ambiental se convierten en zonas de resistencia contra el colonialismo. Como las iluminaciones profanas de Walter Benjamin, cada uno de los exquisitos poemas que componen este libro estetizan y poetizan la cotidianeidad de un sujeto femenino nómada que se vuelve colectivo en su diálogo con otras voces”.
Poesía general de Ezequiel Carlos Campos
El escritor mexicano, nacido en Zacatecas en 1994, ha publicado en Luvina, Círculo de Poesía, Punto de partida, y más. Igualmente, es autor de diversos poemarios, El beso aquel de la memoria (2018), El Infierno no tiene demonios (2019) y El instante es perpetuo (2019). Algunos de sus poemas han sido traducidos al francés, inglés y otomí. Recibió el Premio Estatal de la Juventud 2019 en la categoría de Talento Joven Literatura. Así como del resto, su poesía es refrescante y llena de momentos clímax que nos hacen ver un mundo mucho más crudo, pero sensible a la vez.
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