La Luna despide a octubre
Se hizo cuatro partes, una eres tú.
Alberto Ugalde
Publicado el 22 de Octubre de 2021
La Luna, el único cuerpo celeste que registra a una Tierra que la mira de vuelta, pero hasta le apunta con sus dedos: telescopios y cañones que le disparan cohetes. Pero, calma, no son misiles beligerantes sino transportes surreales de “pequeños pasos para el hombre”. Por eso, a pesar de los conspiranoicos, la fantasía sin fronteras –cuando no entiende dónde termina su espacio personal– y los miopes que creen a la llegada del hombre a esta piedra espacial un avance inútil, la Luna es el compadre sideral de nuestro planeta. Cierto, es uno a veces frío que, a pesar de su cercanía y familiaridad, cuando nos ofrece bocados resulta que no están hechos de queso.
La llaman Artemisa, Selene, Chandra, Metztli, Ixchel, etc. No muta en su temperamento y siempre muestra la misma cara. No importa que influya en las mareas, el comportamiento de los animales y la cultura popular. No pierde aplomo aunque nos haya acompañado desde siempre. Mejor, es una brújula para las temporadas de cosechas.
Y con ella se va octubre. Con ella porque se cree que el cielo luce las lunas más hermosas en este lapso. Pero los aguafiestas en la ciencia dicen que es un mito. O no, tampoco son aguafiestas sino lo contrario. Revelan que, aunque la creamos más grande y brillante en estos días, cómo la vemos es una proyección de la imaginación.
La ciencia es un grupo de procesos que aclaran la mente y revelan que observar los fenómenos del universo y darles una narrativa es la manera de transformarlos en un cosmos. Ya la linda imagen de una Luna enorme se debe al contraste que ocurre en el cielo tras semanas en las que el satélite se ocultaba en las nubes de lluvia.
Entonces su belleza en octubre, desbordada o no, es tan real como las teorías de conspiración que juran falso el alunizaje. Pero es más bello soñar e inspirarse con una Luna que según nosotros se disfraza como el chorrito de Cri-Crí, que se hace grandota y se hace chiquita, en vez de armarse de municiones en Facebook y YouTube para refutar a la NASA, los premios Nobel y expertos y soñadores del mundo.
La especulación sobre su origen y rollos como el de la cara de esfinge en su superficie son divertidos para la chacota, los análisis de personalidad y poco más. Mejor pensemos en la inspiración, como la de Eugene “Gene” Shoemaker, un famoso astrónomo y geólogo que fue una leyenda en su campo. Investigó los impactos cósmicos y se consolidó como una figurasclave en la investigación espacial. Shoemaker quería ser un astronauta, pero fue rechazado debido a un problema médico. Oh, gran decepción. Por ello, cuando murió, la NASA cumplió su deseo más preciado. A bordo del Lunar Prospector envió sus cenizas a la Luna en 1998, donde permanecen dispersas entre el polvo lunar y los fantasmas chocarreros de los churros de terror y ciencia ficción.
Man on the moon
Hoy hasta los niños llaman Lunáticos no a quienes hacen el “Moonwalk”, sino a quienes actúan como Michael Jackson. Es un término empleado para quienes experimentan cambios bruscos de carácter o de humor sin explicación (incluso la palabra “locura” viene de la palabra latina que significa “Luna”). Además la Luna llena –como la de hace un par de días– es uno de los signos clásicos de la fatalidad. Lo aprendí en las películas de hombres lobo… Ya, en serio, ¿por qué asociamos al ente responsable de la más potente luz natural durante la noche con el mal? No es extraño suponer que el folclore se desarrolló por realidades como que los depredadores atacaban más después de la Luna Llena. En efecto, las noches cuando la Tierra se iluminaba más daban pie a los momentos más peligrosos al aire libre. Eso a mí y a mis estimados lectores nos afectaría menos, pero era una norma en la prehistoria, incluso antes de que la conexión de Internet fuera telefónica.
Foto: Angela_Yuriko_Smith en Pixabay
Fly Me to the Moon
Por su parte, la psicología ha buscado una correlación entre los efectos de la Luna y los comportamientos volátiles sin hallar vínculos. No obstante, todo esto prueba que el entretenimiento no es sólo un pasatiempo, sino una actividad que produce verdades paralelas en las mentes. Es pólvora seca para los pirómanos de corazón, que le encuentran tres pies al gato y hacen una vigilancia extrema a todo lo que sucede en esos periodos. Ya lo dicen: “el diablo sólo tienta a aquel con quien ya cuenta”. Otra posible razón de la mala fama del plenilunio es que las personas no duermen tan bien cuando se exponen a más luz (en la antigüedad era común dormir en cuevas o a la intemperie) y, lo sabemos, esto afecta nuestro comportamiento.
Tampoco negamos que nuestro satélite preferido ha sido responsable de mil y una noches de poesía y de películas baratas pero cotorras, como la chacotera El conquistador de la Luna, con Clavillazo y Ana Luisa Peluffo.
Y si quieren dejar de lado la guasa, en la CDMX acérquense a la Sociedad Astronómica de México A.C, fundada en 1902 con la idea de conocer, enseñar y divulgar sobre los enigmas del universo, con miembros como los presidentes Porfirio Díaz, Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, además de Amado Nervo y el mismo Cri-Crí. De la misma manera existen espacios como el Centro Astronómico Clavius, el Instituto de Astronomía de la increíble UNAM, el Planetario Joaquín Gallo en el Parque de los Venados, el Planetario José de la Herrán o el Planetario Luis Enrique Erro
Si lo que quieren es una buena serenata de viernes, elijan su rola preferida que no sea "Man on the Moon":
Zoé - Luna (MTV Unplugged)
Pedro Infante - Deja que salga la Luna
Durmiendo con la Luna - Elefante
Javier Solís - Luz de Luna
Emmanuel - La última Luna
Mecano - Hijo de la Luna
Y mi favorita: Mercury Rev - Tides of the Moon
Imagen principal: Pexels en Pixabay
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