La búsqueda no tiene fronteras, mientras la imaginación y el anhelo natural del ser humano prevalezcan, el espíritu por descubrir más allá de nuestros ojos nos llevará a lugares inhóspitos del universo y la mente misma. Tanto afuera como adentro, pensar en la posibilidad de encontrar lo que tanto nos ha narrado la ciencia ficción, e incluso las filosofías espirituales y demás ramas de pensamiento ontológico, nos motivan para no dejar que la llama se apague nunca. 

Siempre nos parecerán alocadas las aventuras que nos narran los escritores del género de ficción con bases científicas, pero no podemos negar que también hablamos de puntos de encuentros en donde la ciencia y la ficción dialogan para advertirnos de un futuro que a veces no está tan lejano. 

Sin embargo, a veces parece más loco escuchar que son, de hecho, los científicos los que buscan lo que algún relato de estos propuso. Sobre viajes intergalácticos, vida extraterrestre, exoplanetas (planetas con condiciones similares al nuestro), viajes en el tiempo, teletransportación y demás son solo ejemplos que por muy imposibles que luzcan, son en realidad los grandes retos a los que la ciencia se enfrentan y cada día se acerca más a su posibilidad en diversas dimensiones. 

Desde poder aterrizar en un exoplaneta y descubrir si hay vida como la nuestra o similar, hasta conseguir teletransportar cuerpos enteros de un lugar a otro a kilómetros (incluso cientos de estos) de distancia. Como si fuéramos tripulantes de la Enterprise y estuviéramos al mando del capitán Kirk, un sueño que para cualquier aficionado al género y al espacio le encantaría vivir. 

¿Será que algún día estas parezcan más premoniciones que cuentos de ficción? Quizá el tiempo resolverá y dividirá tajantemente la fantasía de la ciencia ficción y nos recordará que incluso la imaginación puede ser tan precisa y material, como la fantasía no dejará de ser la magnificencia de la imaginación y los terrenos creadores que habitan en la mente. 

Más que un planeta, una búsqueda de atardeceres

¿Imaginas un doble atardecer? Un cielo con muchas lunas suena espectacular, poético y digno para anhelar. Sin embargo, un cielo con dos soles que iluminan su superficie de día, suena sublime, peligroso, incluso aterrador, pero hermoso. Si no lo habías imaginado, piensa en Tatooine, aquel cielo con el que Luke Skywalker creció y de cual se inspiró para convertirse en aquel héroe de una y más galaxias. 

Nader Haghighipour, astrónomo de la Universidad de Hawai, presentó un nuevo método para que los científicos detecten de manera mucho más rápida un planeta en tránsito con dos soles. Es decir, un planeta como el aclamado, entrañable y reconocible: Tatooine, originario del universo de Star Wars. 

En el universo se han descubierto cosas increíbles, entre ellas sistemas solares binarios, en los que en lugar de uno, como el nuestro, hay dos soles rodeados de planetas. Se les conocen como planetas circumbinarios. 

Durante mucho tiempo, estos planetas únicamente eran parte de la ciencia ficción o la imaginación, pero los avances científicos nos han demostrado que, de hecho, incluso son mucho más comunes de lo que pensábamos. 

Gracias a las misiones Kepler y TESS (Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito, por sus siglas en inglés) de la NASA, astrónomos han descubierto cerca de 14 de estos sistemas, entre ellos se encuentra Nader Haghighipour. Estas misiones han detectado los planetas a través del método de tránsito. ¿De qué trata? Básicamente, los científicos miden la pequeña atenuación de una estrella cuando un planeta pasa por delante de su estrella anfitriona, bloqueando parte de la luz estelar. 

“Detectar planetas circumbinarios es mucho más complicado que encontrar planetas que orbitan alrededor de una sola estrella. Cuando un planeta orbita un sistema de dos estrellas, los tránsitos de la misma estrella no se producen a intervalos constantes. El planeta puede transitar por una estrella y luego por la otra, antes de volver a transitar por la primera, y así sucesivamente”, explicó Haghighipour en conferencia. 

Asimismo, los investigadores han encontrado el primer planeta circumbinario con los datos del TESS, evidenciando que esta técnica funciona. Se trata del planeta TIC 172900988 y fue observado en un sector único por la misión TESS.

“La órbita de este planeta dura casi 200 días; con el método de tránsito tradicional, habríamos tenido que esperar más de un año para detectar dos tránsitos adicionales”, agregó el astrónomo. 

Hablamos de un hallazgo digno de celebrar, ¿habrá algún Luke o algo parecido a un ser humano o jedi (por qué no soñar así) en algún lugar del universo? O mejor dicho, ¿en algún sistema circumbinario? El camino es largo, pero todavía hay mucho por recorrer y sin duda muchos años luz por descubrir en el hiperespacio. 

Tal vez algún día aquellos cuentos de ciencia ficción no sólo acertaron en sus descripciones técnicas y científicas sobre planetas y tecnología espacial, quizá, en una de esas, acertaron hasta en sus personajes y especies alienígenas. Es decir, ya lo dijo Einstein: “Si una idea no parece absurda de entrada, pocas esperanzas hay para ella”. 

Paulina Martínez