Elvis, el disruptor de la moda y el género
Hablemos del diseño de vestuario en “Elvis”
Nora Morales
Publicado el 23 de Julio de 2022
Elvis tiene un legado a nivel de leyenda, un hombre cuyos orígenes humildes y ascenso meteórico se han analizado con tantas veces que los detalles apenas parecen describir a un ser humano que respiraba el mismo aire que el resto de nosotros.
Una exploración reciente es Elvis, de Baz Luhrmann, director mejor conocido por crear las deslumbrantes Moulin Rouge, The Great Gatsby, Australia, entre otras. Por lo que el diseño de vestuario era una piedra angular esperable, pero el resultado, gracias al trabajo de Catherine Martin, encontró una característica que no siempre se le reconoce a Elvis: la disrupción de la moda masculina.
Al principio de su carrera, usaba en el escenario trajes sorprendentemente conservadores y chaquetas más amplias de lo que era costumbre en los años 50, aunque menos por razones de estilo que para adaptarse a los escandalosos giros de la pelvis de Elvis.
A medida que su fama creció y las fechas de los clubes se convirtieron en arenas, la visibilidad exigió de él una mayor extravagancia. Uno de los resultados fue un traje de lamé dorado casi radiactivo que su manager, el coronel Tom Parker, encargó a la sastre de rodeo Nudie Cohn y que apareció en la portada del álbum de 1959, 50,000,000 Elvis Fans Can't Be Wrong.
Si ese traje de lamé, más que cualquier otra prenda individual, argumentó a favor de Elvis como un rebelde de la indumentaria, empujando los límites de lo convencional en una era de trajes y camisas, cuando las líneas de demarcación entre los sexos estaban claramente trazadas, fue sin duda su copete lo que lo estableció como un género radical.
Los hombres estadounidenses en los monocromáticos trajes de Brooks Brothers de los años 50 no usaban trajes dorados brillantes. Tampoco se teñían el cabello.
A pesar de ello, si regresas en el linaje de ropa masculina, camisas con botones de presión, zapatos con puntilla, calcetines de rombos, o tupés, Elvis estará inevitablemente presente.
Pero no sólo transformó la vestimenta del vulgo y los hipsters, también hay que mirar los típicos monos que simbolizaban a la estrella en apogeo. Prendas relucientes con bordados y patrones intrincados hechos de gemas, estas fueron precursoras de la ropa de escenario que usaban todas las estrellas del pop, como Prince, David Bowie, o Harry Styles.
Curiosamente, en esencia, las prendas unisex de una pieza fueron una solución práctica ideada por Bill Belew, el diseñador de vestuario de Elvis, para permitirle moverse libremente en el escenario manteniendo su silueta.
En este sentido, Catherine Martin, diseñadora de vestuario que ha trabajado con Baz en Moulin Rouge y El Gran Gatsby, le contó a GQ que el enfoque en la ropa de Elvis no sólo iba a contar una autobiografía:
“[Baz] no sólo quería una película biográfica de Elvis, sino también retratar la relación entre dos hombres: Elvis y el coronel, su representante. Explora también una parte complicada de la historia de Estados Unidos, la pérdida de la inocencia del país tras la Segunda Guerra Mundial y el Movimiento por los Derechos Civiles, la segregación en Estados Unidos y la revolución sexual. Era casi una ópera, y la génesis del vestuario procedía de este contexto histórico tan amplio.”
Mientras revisaba los archivos fotográficos, Martin también descubrió que el cantante solo se abrochaba el botón inferior de las chaquetas de los trajes. “Ese espacio adicional de no hacer el botón superior le permitió a Austin hacer todos los fabulosos giros de hombros de Elvis”, dice Martin.
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Y aunque podríamos asumir que todos los trajes simplemente fueron recreados, la realidad es que parecían disfraces, por lo que todo el equipo tuvo que tomar trajes originales y adaptarlos, o reinterpretarlos a la manera de los actores.
Un ejemplo fue el vestuario de Priscilla, ya que tenían que reproducir el look de manera que el público moderno entendiera lo icónico que fue realmente en ese momento. No podían simplemente reproducirlo, y ahí entró Prada a la ecuación.
Justo en la marca de ropa de lujo crearon el vestido de novia, el mono que lleva en la pista de un aeropuerto, una réplica de uno muy icónico que Priscilla llevó al juzgado cuando se divorció de Elvis.
Martin cuenta que “Miuccia era perfecta para este proyecto porque mira al futuro, pero también al pasado. Su comprensión de los asuntos geopolíticos de los siglos XX y XXI añade una solidez histórica a sus colecciones, y Baz es igual en este sentido.”
Aún así, el traje más icónico de Elvis según la propia diseñadora, es el traje rosa, uno sólo de los 90 atuendos que fueron creados para la película. El traje que une en dos piezas un trabajo técnico de prueba y error, y aunque no existió, dota a la película de la unicidad que Baz quería contar con toda la ropa.
Y después de miles de exploraciones, poner en primer plano un aspecto fundamental de la época y del Rey: la moda.
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