El tatuaje contra la moda y una subcultura ancestral
Healthy Life. El mundo de los tatuajes y sus tendencias. Capítulo II
Paulina Martínez
Publicado el 07 de Noviembre de 2022
Quizá la naturaleza humana busca, de alguna manera, la permanencia. Mientras el inevitable movimiento de la vida acarrea cambios, incertidumbre y breves instantes, nuestra incesante nostalgia por prevalecer nos ha hecho una civilización capaz de construir cohetes en busca de otra vida alienígena que contaste nuestra existencia.
Desde siempre, miramos el cielo y anhelamos, de alguna manera empírica, explorar la perpetuidad que tintinea en la luz de las estrellas. La humanidad, aunque no lo parezca, pende del hilo de una melancolía por la existencia y sus misterios que la ha hecho capaz de hacer las cosas más despiadadas, hasta las más nobles que incluso pudieran causar ternura según el punto de vista en el que se coloquen.
Más allá de todo esto, dentro de esta búsqueda de perpetuidad, también se arraiga la búsqueda de identidad. ¿Quiénes somos dentro de este instante llamado vida?
Hemos encontrado diversas maneras de expresarlo e indagar hacia dentro de nosotros mismos, y una, sin duda, ha sido a través de los tatuajes. Primeramente se trataban de insignias referentes a una tribu, saber de dónde veníamos. ¿Hoy qué significan? ¿Cómo es que el mudo de la moda lo ha convertido en un símbolo de estética, más que de identidad?
Los tatuajes y el mundo de la moda anteriormente, unas décadas atrás, eran enemigos declarados a muerte.
Se trataba de una estética mal vista, que no ayudaba a los diseñadores a consolidarse con el estilo. Sin embargo, a finales de los 80 comenzaron a haber quienes se atrevieron a explorar la tinta como parte del estilo extravagante, por el que tanto se esmera la industria de la moda.
Uno de los primeros en atreverse rebeldemente ante los prejuicios fue Martin Margiela, el diseñador de moda belga, quien comenzó a utilizar la estética de los tatuajes de ese momento como inspiración para sus diseños de verano de 1989.
Igualmente, después el diseñador Jean Paul Gaultier decidió dibujar un esqueleto sobre la modelo Stella Tennant para un desfile de primavera en 1994, lo cual estaba completamente inspirado y aludía a la tendencia del mundo del tatuaje. Fue su manera de incursionar al tatuaje en las pasarelas.
La maison Chanel se atrevió a utilizar tatuajes temporales (o stickers) con motivos como perlas o collares, para su colección de primavera de 2009. Mientras que dos años después, en 2011 el diseñador Marc Jacobs, obtuvo la ayuda del famoso tatuador Scott Campbell para que decorara sus diseños como a sus modelos.
Es verdad que desde hace unos años para acá el tatuaje se ha convertido también en un accesorio de estilo y hasta de status. De hecho, si pensamos en que los diseñadores se han basado en la estética para sus diseños y sus propios modelos, ahora también vemos a modelos como Stephen James, quien está completamente tatuado y es una de las figuras más destacables de la industria, por ahora.
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Dentro de nuestra contemporaneidad, más allá de la antigüedad y el origen del tatuaje como insignia en la piel, los tatuajes comenzaron en el mundo underground como símbolo de rebeldía. Sin embargo, ahora parecen encontrar una aceptación que ya no encaja con ello, pero que sin duda fusiona el cambio de paradigma de nuestra sociedad.
Mientras esto siga evolucionando, tanto nuestros ideales como sociedad, la incursión del tatuaje en la moda es el claro ejemplo de los pasos que se han avanzado y de la libertad que se ha conseguido con los años, para expresarte como realmente eres y ser quien quieras, sin miedo a los tabúes o prejuicios que cualquiera pueda cargar.
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