El mundo de las dietas
Capítulo II: Cómo conseguir una dieta saludable
Paulina Martínez
Publicado el 22 de Diciembre de 2022
Porque comer mucho no es sinónimo de comer mal, como tampoco comer poco es sinónimo de comer saludablemente. Ni una ni otra son ideas precisas. Hablamos de algo mucho más amplio, se trata de algo más de calidad que de cantidad.
Anteriormente indagamos en los conceptos de alimentación, nutrición y una dieta saludable. Para continuar con el hilo, en este capítulo hablaremos sobre cómo tener una dieta saludable, qué elementos debemos tomar en cuenta y algunas recomendaciones nutricionales.
Como breve introducción, hagamos un recorrido de cómo la palabra dieta se ha utilizado erróneamente, o se usó erróneamente, durante mucho tiempo. Casi siempre que se habla de eso se piensa inmediatamente en restricción de alimentos, sobre todo a restricciones calóricas o también para mencionar a proporciones pequeñas.
Sin embargo, la palabra dieta hace referencia a la suma de alimentos que son consumidos por una persona o un organismo vivo durante un periodo de 24 horas. En este sentido, cuando esta dieta persiste de manera regular en cuanto a la composición, frecuencia y cantidad de alimentos y bebidas se le conoce como patrón de alimentación.
Por lo general, cuando nos referimos a una dieta saludable hablamos de una alimentación basada en un alto consumo de vegetales y frutas, consumo moderado de leguminosas, pescado, cereales integrales, aceites vegetales y un bajo consumo de cereales no integrales, carne roja, particularmente embutidos, en los cuales se utiliza sodio para su conservación, azúcar, sal y grasas trans que pueden estar presentes en las margarinas, productos de pastelería industrial, comida rápida y otros productos principalmente industrializados.
Consideraciones para una dieta saludable
Para empezar a tener una dieta saludable, es importante tener las siguientes consideraciones:
- Elegir una dieta variada que incluya alimentos de diferentes grupos: cereales, frutas, hortalizas, aceites, lácteos, carnes, pescados, huevos, azúcares; ya que los nutrientes se encuentran distribuidos en los alimentos y pueden obtenerse a partir de muchas combinaciones de los mismos.
- Mantener un adecuado balance, para que el consumo excesivo de un alimento no desplace o sustituya a otro también necesario.
- Moderación en las cantidades consumidas, para mantener el peso adecuado y evitar la obesidad y sus consecuencias.
- Tener en cuenta nuestros hábitos alimentarios particulares, ya que no comemos sólo por necesidad física, sino también lo hacemos para disfrutar. Por ello, nuestra dieta además de sana y nutritiva, tiene que configurarse de manera que apetezca comerla y que incluyamos alimentos que estamos acostumbrados a comer.
En conclusión, una correcta alimentación es una equilibrada y variada, que esté acompañada de hábitos saludables. Claramente, esta dependerá según la etapa de nuestra vida (infancia, juventud, embarazo, etc); pero también según nuestros propósitos. Además de alimentarnos sanamente, qué otro propósito tenemos, ¿bajar de peso o subir de peso?
Descubre más en el siguiente capítulo.
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