El cine de oro mexicano: la moda que transformó una época
Un momento de esplendor
Nora Morales
Publicado el 11 de Agosto de 2021
El inicio del siglo XX fue tumultuoso, lleno de guerras y, sobre todo, la Segunda Guerra Mundial hizo que el entretenimiento de las grandes potencias se volviera casi nulo. Pero si esta pandemia nos ha enseñado algo, es que sólo huir de la realidad gracias a libros y películas es casi tan indispensable como otras necesidades.
Así, mientras Estados Unidos y Europa evitaban el avance del ejército fascista, el mundo miró a México y su cine como fuente de entretenimiento. Un lugar no tan insospechado por estar tan cerca de Hollywood, pero que aún en nuestros días parece extraordinario el papel que nuestro país tuvo en momentos tan caóticos de la humanidad.
En consecuencia, en México floreció la época del cine de oro, un peso tan grande en el mundo, que muchos de los tópicos que aún se cree de México, nacieron de ahí.
En este sentido, y con tantas caras y mentes espléndidas, detrás y frente a la cámara la moda fue fundamental en la creación del imaginario sobre México. Incluso en su época, las divas y divos del cine fueron un parteaguas de la moda aún en tiempos convulsos.
Durante dos décadas, la industria cinematográfica nacional se llenó de divas. Actrices cuya poderosa imagen era: fuerte, hermosa y moderna. Mujeres poderosas que impusieron (gracias a su personalidad y su talento) la pauta de la belleza a mediados del siglo XX. El cabello rizado, los labios rojos y la silueta exuberante debajo de un ostentoso vestido que dejaba mucho o poco a la imaginación.
Simplemente pensemos en María Félix, una de las figuras más influyentes en la época, que fue nombrada una de las mujeres mejor vestidas del mundo por la Federación Francesa de la Costura en 1984. Debido al boom que tuvo en las más de 47 películas que rodó durante esta época, pulió su estilo único que la volvió la mujer mexicana más famosa del mundo.
Dentro de su closet había Chanel, Christian Dior, Balenciaga, Yves Saint Laurent, Cartier y Givenchy; incluso un vestido Valentino el cual pidió antes de que el diseñador fuera famosos. Además de una inclinación por lo creado en México con nombres como Armando Valdés Pesa y Tao Izzo como sus diseñadores de cabecera para vestir a sus personajes.
Sin duda, la moda bebió mucho de las estéticas en Europa, la casa de la alta moda, pero terminó dando un toque único que inundó las calles mexicanas de la época, como la famosa silueta de reloj de arena.
Así pues, veamos tres ejemplos icónicos en películas de la época de oro:
Angela (Doña Diabla, de Tito Davison, 1950)
La Doña de México fue un punto y aparte en la cultura nacional, y aunque su filmografía es muy extensa, hablemos de Doña Diabla, en donde interpreta a Ángela, una madre comprometida, seductora y descorazonada.
Este vestuario fue tan perfecto para María Félix y el personaje, que si buscas el nombre de la actriz en Google la primera foto que sale es el vestido que diseñó Armando Valdés Peza. Un vestido largo con silueta de sirena con encaje brillante, acompañado de guantes largos, que tienen el mismo encaje que el vestido. Uno que no necesitó joyas, el vestido cumplía también ese trabajo.
Amalia (Bugambilia, de Emilio Fernández, 1945)
Seguimos en Guanajuato del siglo XIX, en Bugambilia (1945), la simbólica mexicana Dolores del Río, interpreta a Amalia, un personaje digno de vestuarios extravagantes.
La simpática Amalia muestra toda su elegancia heredada y afinidad luciendo unos vestidos pomposos a más no poder. Esto da pie a ese tiempo antiguo lleno de tocados y capas, con mucho vuelo y textura. El vestuario de esta cinta cinematográfica es uno de los más detallados de todo el cine de mexicano en la época de oro, además los acompañaba exquisitamente con peinados rizados y sombreros tan grandes como el vestido.
Leticia (El Ángel Exterminador, de Luis Buñuel, 1962)
Hablemos de un clásico de Luis Buñuel, un mundo burgués con la película El Ángel Exterminador (1962). El protagónico de Leticia “La Valkiria”, elegante y revuelta, fue protagonizado por Silvia Pinal, donde luce un vestido tan fastuoso y llamativo como la película misma.
Esta sátira nos lleva a una mansión ambientada con una mezcla de México y surrealismo, por lo que la vestimenta del personaje de Pinal deja mucho que decir. Para acompañar este lado tan lujoso de México, la protagonista brilla con un vestido largo, agradable a la vista y con encaje de flores de diamante. Tiene un corte de cintura alta y deja los hombros a la vista. El conjunto hizo armonía con un peinado recogido y sin accesorios.
FOTO: Unknown (Mondadori Publishers), Public domain, via Wikimedia Commons
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