El amor a un swipe
De vínculos e hipervínculos: relaciones románticas en tiempos de apps y tecnología
Paulina Martínez
Publicado el 23 de Enero de 2023
Algunos habremos escuchado miles de veces las historias que nos cuentan nuestros padres sobre cómo se conocieron. Ya sea que estén o no juntos hasta ahora, nuestra propia existencia representó alguna unión, de cualquier tipo. En este sentido, historias hay muchas. ¿Qué tanto estas historias de amor o no amor escucharemos en el futuro?
O mejor dicho, ¿qué historias de amor son las que ahora mismo escuchamos? Más allá de irnos al futuro, nuestro contexto actual hace mucho que viene dibujando nuestras dinámicas y formas de relacionarnos con el otro. La tecnología se ha convertido en nuestra intimidad, en nuestro espacio en el que a través de distintos canales: redes sociales, aplicaciones para citas, videojuegos, y demás clase de networking nos interconecta entre los unos y los otros.
Mucho escuchamos “el amor en tiempos de Tinder”, esta aplicación tan famosa que se lanzó en 2011, para convertirse en todo un éxito en interconectar a las personas que buscaban una o varias dates, pero en qué consiste esta frase. Precisamente enmarca un contexto, dibuja una verdad que vivimos día a día y que, cada vez está más normalizada que nunca.
Pensar en tener un encuentro en persona con un usuario que conociste a través de una app, no parecía lo “más natural” o lo más “seguro”. Sin embargo, todo sigue siendo igual, pero de manera más simplificada y sistematizada. Hemos cambiado los canales, pero al fin y al cabo seguimos siendo los mismos seres humanos.
De miradas al swipe
Ves a alguien, cruzas miradas, y las pupilas no mienten, se atraen. Hacen match, pero no se detienen y cada quien sigue su camino. Abres Tinder: deslizas hacia la izquierda, izquierda, izquierda, pausa, ves su perfil: amante viajero, con gran sentido del humor, ferviente lector, ¿por qué no? Deslizas a la derecha: Match. Salen, se conocen, su libro favorito es El Alquimista de Paulo Coelho, adiós. ¿Qué falló? Nada, ningún algoritmo podría advertirnos quién está realmente detrás de cada perfil que vemos, ¿o sí?
Más allá de una descripción ambigua, un par de fotos con tus mejores ángulos y otro par que hablen más de tu personalidad, las aplicaciones para citas se han convertido en una red de infinitas posibilidades.
Cuando la novedad de conocer a alguien a través de click parecía ideal, ahora se ha convertido en casi lo mismo que salir a algún bar, evento o lo que sea para conseguirlo. Somos demasiados, y demasiados buscamos esa conexión de la que tanto nos habla el mundo y el idílico de las almas gemelas.
En los siguientes capítulos recorremos cómo es que estas aplicaciones han cambiado, o que tanto se han mantenido, en la forma de intervenir en nuestros encuentros interpersonales. Así que dale swipe a la siguiente semana, para continuar con esto.
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