Nuestros estilos de vida se sujetan, por mucho, al contexto que nos rodea. Vivir en una ciudad es, sin duda, vivir en un ritmo en el que la inmediatez y la prisa son los accesorios que usamos a diario. Sin embargo, a veces subestimamos que son precisamente esos conceptos los que nos agotan y desgastan a un punto en el que comenzamos a existir de manera ensimismada y dejamos de prestar atención a nuestro alrededor. 

Dejando de lado ideas como bueno o malo, es verdad que la prisa y estar siempre en   contrarreloj no es en absoluto nada saludable. Llevar un ritmo de vida en el que apenas nos detenemos a respirar es desgastante, agotador y muy lejano a saludable. 

Es por eso que de un tiempo acá, aquellas tendencias que miramos en redes sobre la vida saludable, fitness y trascendentalistas desde un punto de vista oriental no son otra cosa que  un síntoma de nuestra sociedad. Un grito de ayuda o un reclamo por la paz mental y la dignidad de nuestro estado de salud. 

Asimismo, la práctica del “slow life” se ha tomado de prácticas como el yoga y los pilates, que son métodos de ejercicios y bienestar tanto físico como mental, e incluso espiritual. Anteriormente ya hablamos sobre en qué consiste cada uno de estos ejercicios y sus orígenes, hoy concluyamos sobre qué es exactamente lo que los diferencia. 

Porque a decir verdad, ambos nos permiten tener un buen estado físico, paz y control mental y un buen dominio del ser consciente. Entonces, ¿cuál es la diferencia? 

De su tipología 

Es decir, el yoga se trata de un sistema que busca equilibrar el cuerpo, la mente y el espíritu. Hablamos de una disciplina espiritual y práctica que tiene como objetivo la unión del ser físico, mental y espiritual que nos ayuda, entre muchas otras cosas, a combatir el estrés. 

Mientras que los pilates son un método de ejercicio y movimiento físico diseñado para estirar, fortalecer y equilibrar el cuerpo con la ayuda de nuestra respiración. 

Sobre su origen

Cuando hablamos del yoga hablamos de una práctica milenaria, pues tiene una antigüedad de más de 4 mil años. Hablamos de algo que es anterior a los Veda, los libros más antiguos de la humanidad. Aunque existen discrepancias entre la exactitud de estos datos, pues algunos dicen que fue hace 5 mil años. 

Mientras que los pilates es un método mucho más moderno, pues se creó a principios del siglo XX por el alemán Joseph Hubertus Pilates, quien mezcló su conocimiento de diversas áreas como la gimnasia, traumatología, ballet y yoga, para enfocar el ejercicio en el control mental, la respiración y la relajación. 

Metas

A simple vista parece que ambas disciplinas buscan lo mismo, pero es verdad que mientras que los pilates busca fortalecer el tono muscular y la fuerza, para lograr un equilibro mental; el yoga profundiza en su meta para ir más allá de lo físico, y buscar la relajación mental, apertura de canales energéticos y demás, aunque claro sí, también como consecuencia hay aumento de flexibilidad y tono muscular. 

La práctica

Mientras que con los pilates los ejercicios son mucho más intensos y rápidos y se realizan con el cuerpo en movimiento. Mientras que el yoga se realiza mediante posturas más estáticas, movimientos pausados, simulando figuras y al ritmo que marca nuestra respiración.

Equipo

Los centros en los que se practica pilates casi siempre cuentan con un equipamiento específico. Normalmente se utilizan máquinas específicas para su práctica, aunque se puede hacer sobre una esterilla o con un balón de equilibrio.

Mientras que con el yoga se limita a ciertos accesorios, como bloques de madera, mantas o balones de yoga pero no precisan de maquinaria, así que se puede practicar en cualquier parte.

Paulina Martínez