Como breve recapitulación de lo visto anteriormente, recordemos que los chakras, o el concepto de ellos, nace de la tradición hindú y se encuentran dentro de los textos de los Vedas. También conocidos como “Upanishads”, los cuales fueron escritos alrededor del s.VII a.C.

Cada uno de estos canales energéticos tiene su propia frecuencia vibratoria, su propio color y su función. No se trata de que sean independientes entre sí, pues finalmente todo está conectado y si alguno se encuentra bloqueado es probable que el resto no fluya de la mejor manera. Sin embargo, cada uno tiene su propia conexión con la energía.

Los chakras no son algo exclusivo de las ideas hindúes, sino que de hecho cada tradición asocia un número chakras en general, desde cuatro hasta once. Por ejemplo, en occidente se conocen los famosos siete chakras, e incluso podemos encontrar similitudes en el Tibet o hasta en la cultura Maya.

En los capítulos anteriores hablamos  de los dos primeros chakras, sus colores, funciones y cómo activarlos en caso de que no lo estuviesen. Hoy hablaremos de los siguientes tres. 

Chakra 3: Manipura, el chakra del plexo solar

Está ubicado unos tres dedos por encima del ombligo y se asocia con el color amarillo. 

Este chakra representa el poder individual y personal. Se trata de la capacidad de acción y la asertividad que hay en nosotros como individuos en este mundo. Es el canal de energía que se asocia a la autoconfianza. 

Por esta razón es importante que este chakra lo tengamos desbloqueado, pues como hemos mencionado trabaja directamente con nuestra autoestima y confianza. Asimismo, se trata de un canal energético que nos ayuda a estabilizar la toma de decisiones. Igualmente, nos sirve para enfrentarnos a riesgos y a establecer límites y necesidades personales en relación con los demás. 

Está relacionado con el sistema digestivo y con la transformación. Su elemento es el fuego, y cuando está cerrado o bloqueado a nivel físico es común que aparezcan enfermedades en el sistema digestivo: úlceras, acidez, dolor de estómago o fatiga crónica. Se trata de un chakra que nos ayuda a manejar la fuerza de voluntad. A continuación, te mostramos un video que muestra ejercicios de yoga para activar o desbloquear este chakra. 

Chakra 4: Anahata, el chakra corazón

Se trata del canal energético que se relaciona, como bien indica su nombre, con los sentimientos de amor hacia los demás y la apertura hacia la vida misma. Además, está ubicado en el centro del pecho. 

En este sentido, cuando está bloqueado las enfermedades cardiacas son las principales amenazas, igualmente las coronarias. Mientras que en el aspecto emocional mental, cuando no lo tenemos en armonía puede que nos cueste relacionarnos de manera saludable con los demás y  nosotros mismos, también cuesta más trabajo sentirse libre en el exterior. 

Se trata de un chakra que se pone en armonía con el mundo físico y espiritual. Su elemento es el aire y está conectado con el sistema respiratorio. Su color es el verde, color que nos revitaliza en conjunto de las fuerzas del amor. A continuación, te mostramos un video que muestra ejercicios de yoga para activar o desbloquear este chakra. 

Chakra 5: Vishuddha, el chakra de la garganta

Se encuentra en nuestra garganta y está asociado a la comunicación, trascendencia y la purificación de nuestro ser. Se trata de un canal energético que nos ubica a cumplir nuestro “rol” en este plano social, también nos ayuda a cumplir objetivos y metas. 

Su color es el azul turquesa y su elemento el éter. Este canal energético representa el motor de la creatividad y la comunicación. Si lo tenemos desbloqueado se activa la energía necesaria para la creatividad en general, pero sobre todo para cuestiones expresivas: escritura, el canto, habla y hasta la escucha, porque la comunicación no sólo es hablar o expresarse uno, sino también saber escuchar al otro. 

A continuación, te mostramos un video que muestra ejercicios de yoga para activar o desbloquear este chakra. 

Paulina Martínez