¿Ciencia o pseudociencia?
Mente, cuerpo y alma. Capítulo II. Neurolingüística de las emociones, reconfigura tu mente.
Paulina Martínez
Publicado el 11 de Abril de 2022
Mientras llegamos al meollo del asunto en el que buscamos reconfigurar nuestra cabeza, indaguemos en lo que la opinión profesional discute sobre la neurolingüística. ¿Es o no es una ciencia?
Richard Bandler y John Grinder, ambos expertos en la materia de autoayuda, son los creadores del término. Asimismo, afirman que existe una obvia conexión entre los procesos neurológicos y el lenguaje y los patrones de comportamiento aprendidos, a lo que llaman: programación.
Ambos afirman que a través de la técnica de la Programación Neurolingüística (PNL) uno puede reconfigurar su cerebro y cambiar patrones de manera positiva. Sin embargo, hay quienes ponen en duda de esta aparente “milagrosa” técnica, por lo que la colocan de manera peyorativa en el campo de las pseudociencias.
Entre que sí o que no, primero apuntemos a que se trata de un estudio que nació de la subjetividad. Es decir, de un análisis particular de individuos. Hablamos de una tecnología basada en tener las herramientas de análisis para dibujar las relaciones que una persona establece entre sus pensamientos y estados emocionales y la interacción que genera desde sus objetivos.
Por lo que no existe medición estadística y por ende no hablamos de una ciencia, pero tampoco de una pseudociencia.
Imagen: geralt en Pixabay
¿Entonces de qué estamos hablando?
No podemos referirnos a la PNL como algo que “cura” a las personas en una suerte de diagnóstico e intervención, pues para eso ya existe la psicología. Sin embargo, esta materia busca analizar cómo una persona actúa para alcanzar sus objetivos o no.
Quizá el debate trasciende más allá de si es una ciencia o no, sino más bien de la veracidad que este método ha obtenido a través de la voluntad individual.
¿Te atreves a reconfigurar tu mente? Es momento de dejar a un lado los prejuicios y el escepticismo y mejor ahondar en la voluntad que, como los filósofos griegos apuntaban, es una de las virtudes más valiosas que el ser humano posee.
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