Ciencia ficción de imposibles que ahora son posibles
Ciencia de lo humano. Los imposibles del ahora, la oportunidad del futuro. Capítulo IV
Paulina Martínez
Publicado el 29 de Agosto de 2022
Cuando escuchamos hablar del futuro casi imaginamos un monumento a todas aquellas historias que nos han contado en donde los carros serán voladores, los edificios flotarán a las alturas y el mundo se simplificará a la tecnología reduccionista de tareas, facilitando nuestras tareas cotidianas.
Desde un escenario como Los Supersónicos hasta lo distópico futurista de la estética del cyberpunk. Más allá de cual sea lo que vendrá después, qué ha sido hasta ahora desde los imposibles antiguos que se convirtieron en una realidad, más que solo un simple delirio.
Si bien, no tenemos una Robotina igualita a la de Los Supersónicos, es verdad que tenemos smartphones con asistentes personales y demás artefactos electrodomésticos que simplifican nuestras tareas del hogar, como la Roomba y demás.
En este sentido, también es satisfactorio echar un vistazo hacia atrás, y ver nuestro camino recorrido como humanidad. Por ejemplo, las primeras exploraciones espaciales se realizaban con lo más mínimo de un telescopio casero desde algún sitio despejado, bastaba voltear al cielo y esperar que estuviera despejado para estudiar los grandes astros. Hoy en día, ya ni es necesario mirar hacia arriba, sino más bien descifrar durante meses un montón de datos, recogidos de los telescopios que tenemos orbitando fuera del planeta, e interpretarlos para conseguir las magnas imágenes de alta calidad que nos ofrecen a miles de millones de años luz de nuestro alcance.
Por eso ahora haremos un recuento de los inventos más importantes que han revolucionado el siglo XXI, sobre todo aquellos que antes parecían verdaderamente imposibles y hoy se han convertido en una realidad más, tanto para nuestra cotidianidad mundana como para el camino científico.
Bosón de Higgs
El Bosón de Higgs o también conocido como partícula es uno de los máximos experimentos logrados en este siglo. Esta se confirmó el 4 de julio de 2012 por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Después de muchos intentos por rastrear a esta famosa partícula de Dios, misma que fue teorizada en la década de los 60 por el físico británico Peter Higgs, parece por fin estar en nuestras manos.
Sin embargo, pasará todavía un tiempo hasta que los científicos del CERN puedan afirmar, sin ninguna duda, que lo que han hallado es, indefectiblemente, el archiconocido Bosón de Higgs.
Genoma humano
Todo comenzó en 2003, cuando un consorcio internacional de científicos de seis diferentes países descifró, dos años antes de lo planeado, la secuencia completa (99,99%) de lo que se le conoce por el nombre del libro de la vida: el genoma humano.
Trata de la culminación del Proyecto Genoma Humano, en el que se invirtieron más de 280 millones de dólares de presupuesto, y que fue creado en 1990 para este objetivo.
En la larga cadena con forma de hélice que tiene el ADN se ocultan los miles de genes que contienen las instrucciones para el funcionamiento de un ser humano. Uno de los logros científicos más influyentes para el desarrollo de las terapias genéticas.
Nanotecnología
Uno de los logros científicos más importantes se registró en el año 2001 con la irrupción de la nanotecnología. Considerada por muchos expertos como el motor de la próxima revolución industrial, esta tecnología tiene múltiples aplicaciones en los campos de la electrónica, la biología o la medicina.
En este último, las posibilidades son infinitas. En medicina regenerativa, por ejemplo, la idea es conseguir algún día liberar células o pequeños tejidos en órganos enfermos para que éstos puedan ser reparados.
Se espera que, con el paso de los años, esta tecnología se pueda usar de manera recurrente para el diagnóstico de patologías y el tratamiento de las mismas.
Exoplanetas
El 6 de marzo de 2009 fue lanzada al espacio la sonda espacial Kepler, una sonda que tenía, y tiene, como principal objetivo hallar planetas extrasolares.
Especialmente aquellos que más se asemejen a la Tierra y que se encuentren en zonas habitables (con temperaturas ni muy frías ni muy calientes y con agua en su superficie).
Ya en el siglo XIX los científicos sospechaban de la existencia de estos planetas, pero no sería hasta la década de los 90 del siglo pasado cuando se empezarían a detectar los primeros.
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