La realidad supera la ficción, y esta ha sido una declaración con la que cada vez nos vemos más de cerca y de cara a cara con la crudeza de las cosas. Pensando sobre todo en 2020, el año en el que cada mes ha lanzado sorpresas completamente dignas de cualquier película de ciencia ficción de corte postapocalíptico, podríamos decir que la realidad quizás se nos está yendo más allá de la imaginación.

Ahora, cuando nos remontamos a hechos pasados en los que eventos históricos marcaron por completo a la humanidad y se pretenden recrear desde la ficción, nos enfrentamos a esta declaración a la inversa. O quizá no a la inversa literalmente, pero, ¿cómo recrear un escenario en el que las cosas realmente fueron terribles? Tal y como hemos visto incontables interpretaciones de la Segunda Guerra Mundial, o ahora que está en tendencia el caso de Chernobyl. 

Sobre lo que se ha contado recientemente...

La reciente miniserie hecha por HBO, sobre Chernobyl es el ejemplo que ahora tocaremos. Para empezar, se trató de una serie televisiva basada (muy libremente) en el libro de la premio Nobel de literatura, Svetlana Aleksiévich, Voces de Chernóbil. En cuanto a la miniserie de HBO, inmediatamente logró colocarse entre las mejores miniseries. No por nada, ganó las ovaciones de los críticos y muchos premios importantes. 

Con la narrativa a voces de Aleksiévich (una figura hoy acosada políticamente por las autoridades bielorrusas), la serie determinó un camino distinto al libro. Sin embargo, se basó limpiamente en cada uno de sus personajes, en los que Johan Renck, director de la serie, abrió las puertas al drama y consolidó una historia verídica desde la óptica de quienes vivieron el incidente. 

Además, esta miniserie no necesitó de grandes efectos visuales para mantener interesados a sus espectadores, pues conforme avanzaba la serie la intriga era mayor, tanto que nos dejó con ganas de más, pero que sin duda supo concluir adecuadamente. 

Sobre lo nuevo de este accidente nuclear en la ficción...

Dirigiendo a la par del guionista Michal Englert, Malgorzata Szumowska ha revelado una nueva faceta con su película Never Gonna Snow Again. Se trata de una película en competición en el Festival de Cine de Venecia. 

La crítica ya determinó que se trata, posiblemente, de la película más extraña que se haya puesto en competencia este año. Never Gonna Snow Again revela un toque de misterio, en el que Szumowska refleja una atmósfera en la que la intriga, angustia y, sobre todo, la curiosidad se apodera del espectador engachándolo en la trama. 

La historia se centra en Zhenia (Alec Utgoff), quien es un masajista muy solicitado que creció al lado de Chernobyl, y que pasa sus días yendo de puerta en puerta, tocando los timbres y brindando un momento de alivio a todos los residentes infelices. “Igualmente hay una ama de casa (Maja Ostaszewska) que bebe vino como si fuera agua; una viuda cuyo hijo está comenzando un negocio de drogas y cuyo esposo ahora literalmente fertiliza la tierra (Agata Kulesza); y un hombre que lucha contra la enfermedad (Łukasz Simlat). Quien quiera que sea, Zhenia puede llevarlo a donde quiera, y luego traerlos de vuelta, sólo con un chasquido de sus dedos”. 

La narrativa en la que se teje esta historia está situada en las finas fronteras de la comedia, y el drama. Con la crudeza de un evento que marcó a la historia de humanidad, este nuevo filme atrae la atención de aquellos ávidos de historias ficticias dentro de lo verídico. Mientras la población espera un invierno que, de hecho, ya no llegará como antes, la historia progresa de manera orgánica y casi visceral, con aquellos destellos de comedia cruda. 

Sobre la producción…

Never Gonna Snow Again fue producida por Agnieszka Wasiak, Mariusz Włodarski, Małgorzata Szumowska, Michał Englert, Viola Fugen y Michael Weber. Fue realizada con la intención de llevarla hacia Lava Films de Polonia y Match Factory Productions de Alemania. En cuanto a su distribución, está a cargo de The Match Factory. 

Paulina Martínez