De un tiempo acá, sobre todo después de la salida de la serie Formula 1: Drive to Survive de Netflix, el deporte automovilístico Fórmula 1 se empezó a popularizar de manera importante, dándole una atención mucho más masiva, sobre todo en latinoamérica, que antes. 

En este sentido, y hablando de los carros eléctricos y el futuro automovilístico, hoy relacionamos qué tiene que ver este deporte con todo esto. Porque aunque parezca que este deporte es uno en el que solo vemos pasar coches con motores estruendosos, estamos muy alejados de conocer lo que realmente sucede en las pistas de carreras, pero sobre todo, en los talleres de dichos automóviles. 

Anteriormente, la Fórmula 1 también era popular por sus accidentes mortales en la pista, pues los coches no contaban con toda la tecnología en seguridad que hoy en día gozan. Antes era muy común ver este tipo de accidentes, o unos verdaderamente graves que atentaban con la vida o salud del piloto. Sin embargo, hoy en día eso ha cambiado radicalmente. 

En la reciente jornada de carreras automovilísticas, el piloto chino, Guanyu Zhou, perteneciente al equipo de Alfa Romeo, tuvo un accidente gravísimo en la carrera de Inglaterra. Tanto así que las transmisiones en vivo decidieron no pasar imágenes del accidente hasta comprobar que el piloto se encontraba con vida o en condiciones óptimas de salud. 

En este sentido, la carrera tuvo que detenerse alrededor de 40 minutos o más, para verificarlo. Al final, el carro quedó destrozado, pero el piloto quedó intacto. Hablamos de cómo la tecnología hoy en día también puede salvar vidas, y esto no sólo se refleja en la pista de carreras, sino también en los automóviles que andan en las calles actualmente. 

Es por eso que todo el futuro automovilístico, o casi todo, se desarrolla en este deporte. Por ejemplo, los carros ya son híbridos en cuanto a combustible, pues no sólo usan gasolina sino también son eléctricos. Sin embargo, no han optado por la opción completamente eléctrica debido a que el rendimiento todavía no se ha alcanzado lo suficiente para este tipo de carreras. 

Más allá de esto, hablemos de qué manera ha contribuido la F1 directamente con los automóviles cotidianos que vemos en la calle a diario. 

Motores de alto rendimiento

El turbo aplicado a los motores de gasolina lo empleó Renault para debutar en F1 en 1977. Aunque BMW ya había realizado un 2002 Turbo “de calle” antes, la solución fue aparcada. Fue su llegada a la F1 lo que marcó el camino del futuro: se incorporó primero en los diésel y más tarde en los de gasolina. Algo similar pasó con la inyección, que comenzó siendo mecánica y muy pronto pasó a ser electrónica y también con el empleo de inyección directa de gasolina.

Discos de freno carbón-cerámicos

Buena parte de los coches actuales equipan frenos de disco ventilados. Se usaron en la F1 ya en los 70, antes de la llegada de los de carbono, para evitar el sobrecalentamiento de los discos. Desde 1979, los monoplazas utilizan frenos de carbono, que fueron introducidos por Brabham. Los grandes GT recurren a frenos de carbón-cerámicos, una adaptación más económica.

Cambio con levas en el volante

Los cambios automáticos son conocidos desde mucho antes de que fueran empleados en competición, que sólo los adoptó cuando pudieron ser utilizados de forma manual. Los cambios de doble embrague surgieron en competición. La F1 innovó incorporando unos mandos de paletas al volante (Ferrari 640 de 1989) para cambiar de marcha. Esta transmisión con levas es normal en los turismos actuales.

Ayuda con la conducción

La F1 prohibió en su día las ayudas a la conducción porque quería poner a prueba la habilidad de los pilotos, pero también para impedir que las velocidades de paso por curva se descontrolaran. 

Algunas de estas dotaciones control de tracción, ABS, suspensiones activas, fueron introducidas antes en coches de serie porque no se conseguía potencia de cálculo suficiente para los requerimientos de la competición. Sin embargo, cuando resolvieron el problema contribuyeron de forma importante al desarrollo de las mismas.

Paulina Martínez